Preocupan esporádicos actos delictivos en barrio San Antonio.

Varios moradores del barrio San Antonio, de la parroquia Tonchigüe, reconocen que en el sector esporádicamente se presentan actos delictivos con jóvenes que se dedican al consumo de estupefacientes en el sector, problema que podría agudizarse si las autoridades de control no toman los correctivos necesarios a tiempo y, en ese aspecto, consideran que no son  eficientemente protegidos por los uniformados de la policía nacional asignados a la cabecera parroquial de Tonchigüe.  

 

            Uno de los moradores del sector, Colón Chila, refiere que una de las situaciones que ayudan a que la delincuencia se incremente en ese lugar, es el mal estadio de las luminarias públicas, “pues en esas partes más obscuras se dedica a fumar los jóvenes que posteriormente hacen de las suyas en este sector”, dijo el humilde ciudadano.

 

            Mientras tanto, otro morador del sector que prefirió no identificarse, refirió que, en efecto, hay jóvenes del mismo sector que están dañando la imagen del barrio. “Se dedican a fumar  y se ubican en sectores estratégicos para robar a las personas que pasan por donde ellos están”.

 

            En el sector, muchos moradores tienen cierto temor de referirse al tema, pues temen represalias. Se conoció que inclusive varios de los jóvenes ingresan a las viviendas y se sustraen objetos de valor que luego los venden para poder comprar los estupefacientes.

 

            Los dos moradores que se atrevieron a hablar para la prensa local, refirieron que la ayuda de la policía es mínima y uno de ellos dijo que cuando ingresan al sector desde lejos se les escucha porque van con la sirena prendida. “Si yo estos en algún lugar esperando a alguien y escucho la sirena me voy de ese sector”, refirió.

 

            En todo caso, los dos padres de familia, señalaron que los importante es que las autoridades de control tomen cartas en el asunto, antes de que la situación llegue a extremos incontrolables, aunque reconocen que también hay un descuido de los propios padres de los jóvenes que están incursionando en los actos delictivos, que no les están controlando como deben hacerlo.