Un masivo y nutrido
acompañamiento fue el que se observó en la mañana de ayer domingo cuando los
cadáveres de Tito Quintero Márquez (52) y de Denán Vera Quintero (14), las dos
personas que fueron vilmente asesinadas, luego de un secuestro suscitado el
pasado jueves en horas de la tarde, eran trasladados hasta su última morada en
el cementerio general de la parroquia Tonchigüe.
El cortejo fúnebre lo encabezaba un
grupo de amigos cercanos al menor de los fallecidos, pues así lo hacían notar
porque llevaban puesta una camiseta blanca con la imagen del joven en la parte
delantera y una leyenda con el mensaje: “Siempre vivirás en nuestros corazones,
Verita”; mientras que, en la parte posterior, otra leyenda que indicaba:
“Verita, nunca te olvidaremos, hasta siempre”, como un homenaje póstumo al
amigo que, en ese momento, despedían.
Detrás, varios estudiantes
uniformados del Colegio de bachillerato Tonchigüe, plantel en el que el menor
cursaba el décimo año de educación básica. Luego de ellos, los dos féretros,
ambos cobijados con la bandera del Club Deportivo Peñarol, escuadra en la que
los dos fallecidos habían militado, el uno ahora en la categoría de mayores de
40 años y, el otro, recién iniciando como juvenil en la categoría sénior.
Al final de la caravana fúnebre,
un número impresionante de tonchigüenses que, en silencio, trémulos
y, al parecer, todavía aletargados por la impresión de este suceso, acudían a
despedir a los dos hijos de ese pueblo, a quienes manos criminales, sin
misericordia y sin piedad, les habían obligado a adelantarse en el viaje a la
eternidad.
Una vez en el cementerio, en un
discurso fúnebre, el dirigente del Peñarol, Enrique Martínez Caicedo, resaltó
las cualidades deportivas de los dos hijos de Tonchigüe que, en ese momento
despedían, lamentando que manos criminales hayan cortado la existencia de un
experimentado exponente del fútbol tonchigüense y, de otro, que apenas empezaba
a mostrar las virtudes que lo podrían convertir en una gran deportista, de no
haber sido por la crueldad de sus ejecutores.
Posteriormente, el Concejal Nilo
Quintero Márquez, en nombre de la familia que atravesaba tan inmenso dolor,
hizo público su agradecimiento a los tonchigüenses por el masivo
acompañamiento, pidiéndoles que se mantengan unidos como siempre y dejando
constancia de que tenía fe en que la justicia, en cualquier momento, brillará y
los culpables serán sancionados como corresponde.
Finalmente, mientras los sarcófagos
eran ubicados en sus respectivas bóvedas, escenas desgarradoras de dolor y
llanto se observaban en el estrecho cementerio, pues amigos y familiares de los
dos fallecidos se negaban a aceptar lo que el destino había deparado para los
dos hijos de la parroquia Tonchigüe que, en ese momento, despedían para
siempre.
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