lunes, 14 de octubre de 2013

Despedida masiva a los dos tonchigüenses asesinados.


Un masivo y nutrido acompañamiento fue el que se observó en la mañana de ayer domingo cuando los cadáveres de Tito Quintero Márquez (52) y de Denán Vera Quintero (14), las dos personas que fueron vilmente asesinadas, luego de un secuestro suscitado el pasado jueves en horas de la tarde, eran trasladados hasta su última morada en el cementerio general de la parroquia Tonchigüe.

            El cortejo fúnebre lo encabezaba un grupo de amigos cercanos al menor de los fallecidos, pues así lo hacían notar porque llevaban puesta una camiseta blanca con la imagen del joven en la parte delantera y una leyenda con el mensaje: “Siempre vivirás en nuestros corazones, Verita”; mientras que, en la parte posterior, otra leyenda que indicaba: “Verita, nunca te olvidaremos, hasta siempre”, como un homenaje póstumo al amigo que, en ese momento, despedían.

            Detrás, varios estudiantes uniformados del Colegio de bachillerato Tonchigüe, plantel en el que el menor cursaba el décimo año de educación básica. Luego de ellos, los dos féretros, ambos cobijados con la bandera del Club Deportivo Peñarol, escuadra en la que los dos fallecidos habían militado, el uno ahora en la categoría de mayores de 40 años y, el otro, recién iniciando como juvenil en la categoría sénior.

            Al final de la caravana fúnebre, un  número impresionante  de tonchigüenses que, en silencio, trémulos y, al parecer, todavía aletargados por la impresión de este suceso, acudían a despedir a los dos hijos de ese pueblo, a quienes manos criminales, sin misericordia y sin piedad, les habían obligado a adelantarse en el viaje a la eternidad.

            Una vez en el cementerio, en un discurso fúnebre, el dirigente del Peñarol, Enrique Martínez Caicedo, resaltó las cualidades deportivas de los dos hijos de Tonchigüe que, en ese momento despedían, lamentando que manos criminales hayan cortado la existencia de un experimentado exponente del fútbol tonchigüense y, de otro, que apenas empezaba a mostrar las virtudes que lo podrían convertir en una gran deportista, de no haber sido por la crueldad de sus ejecutores.

            Posteriormente, el Concejal Nilo Quintero Márquez, en nombre de la familia que atravesaba tan inmenso dolor, hizo público su agradecimiento a los tonchigüenses por el masivo acompañamiento, pidiéndoles que se mantengan unidos como siempre y dejando constancia de que tenía fe en que la justicia, en cualquier momento, brillará y los culpables serán sancionados como corresponde.

            Finalmente, mientras los sarcófagos eran ubicados en sus respectivas bóvedas, escenas desgarradoras de dolor y llanto se observaban en el estrecho cementerio, pues amigos y familiares de los dos fallecidos se negaban a aceptar lo que el destino había deparado para los dos hijos de la parroquia Tonchigüe que, en ese momento, despedían para siempre.

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