En la edición escrita de Diario La
Hora de Esmeraldas, de hoy domingo 10 de octubre, en la página 15 Sección “A”, se
detallan datos de los 6 cadáveres encontrados en el sector de Wínchele, la
madrugada de ayer.
De
acuerdo a la información los fallecidos son: Juan Antonio Párraga Miranda, de
17 años; Juan Gabriel Cagua Angulo, 21; Nixon José España Quiñónez, 18; Víctor
Reyes Delgado, 31; Marco Jackson Bone, 21, y Hólger David Cevallos Ordóñez, de
18 años de edad.
Se
agrega que, hasta el momento, no se conoce el móvil del crimen colectivo; lo cierto
es que los verdugos, no se sabe cuántos, por versiones de vecinos del sector
que escucharon las detonaciones, habrían llegado a la vivienda como a las 22:00
del viernes, violentaron la intimidad de las víctimas, cortaron pedazos de
alambre de cordel y con esos los maniataron.
Una
vez amarrados fueron golpeados, pero no les asesinaron en la vivienda donde los
encontraron, sino que los subieron en un vehículo y los llevaron a unos 500
metros más adentro, donde antes funcionaba una empacadora de banano.
Allí
no hay alumbrado eléctrico, son pocas casas y están distantes; los criminales
colocaron boca abajo en una sola fila horizontal a sus seis víctimas para luego
dispararles en la cabeza a cada uno.
El
vecino más cercano a la escena del crimen, sólo escuchó las detonaciones y el
ladrido de los perros. Por temor y por seguridad no salió de su casa.
Desde
las 22:00 del asesinato, los muertos permanecieron allí en una sola fila como
para hacer flexiones de pecho; a las 02:00 llegó un vehículo que parecía taxi,
estuvo cerca de los muertos y de inmediato salió y, a las 04:00 del sábado,
miembros de la Policía hicieron el levantamiento de los cadáveres, para ser
trasladados hasta la morgue del cementerio general de la ciudad de Esmeraldas.
En
otra nota relacionada y ubicada en la
misma página de Diario La Hora, se indica que en la Morgue, el ciudadano
Marcelo Castillo Corozo identificó a uno de los muertos como el curandero
Víctor y se amplía este dato, en otra nota corta en la que se hace referencia a
que en la pequeña vivienda donde residían los 6 fallecidos se encontró
fotografías de todos los tamaños de hombres y mujeres, cigarros, velas, jabones
para la suerte, quita sal y esencias que se usan para trabajos de las ciencias
ocultas.
De
la nota se desprende que el Curandero Víctor, tenía cuatro hectáreas de terreno
en Wínchele y que los otros 5 fallecidos serían jornaleros de él.
Finalmente
se indica que, de lo manifestado por los vecinos del sector donde ocurrió la
masacre, una o dos personas habrían escapado heridas.
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