miércoles, 13 de octubre de 2010

Multitudinaria despedida para Joao Bone Quiroz.

 
Hoy en la tarde, en medio del profundo pesar de, prácticamente, todo un pueblo, se dio cristiana sepultura al joven estudiante Joao Bone Quiroz, quien falleciera  el pasado lunes en la ciudad capital, como producto de un problema en sus órganos internos, hasta ahora no esclarecidos, aunque sus familiares han manifestado que, de la necropsia de ley, se descarta toda posibilidad de que el joven hubiese ingerido alguna sustancia química, como se especulaba en un principio.

            El acompañamiento fúnebre, considerado por muchos como el más numeroso, jamás realizado en esta parroquia, inició desde la casa del duelo mismo, ubicada en el recinto El Aguacate, desde donde se conformó una extensa caravana de vehículos que le acompañó hasta el ingreso de la cabecera parroquial de Tonchigüe.
  
            Allí, alrededor de 400 estudiantes del colegio Técnico Nacional Tonchigüe, plantel donde él estudiaba, le esperaban con una extensa calle de honor. Luego el féretro fue ingresado brevemente hasta el plantel donde, hasta la semana anterior, recibió sus últimas clases. Posteriormente, el cortejo fúnebre se trasladó hasta la Iglesia Católica Virgen de Lourdes, donde se ofició la misa de cuerpo presente.

            En ese lugar, el templo quedó pequeño ante tanta gente que quería participar del rito religioso, no obstante, las decenas de personas que quedaron afuera del santuario siguieron respetuosamente la misa de despedida de aquel chico que, hasta la semana anterior, estaba lleno de vida y era de uno de los más destacados estudiantes del colegio Técnico Nacional Tonchigüe.

            Una vez culminada la misa, trasladaron el cuerpo hasta el cementerio general de esta parroquia, acompañado de la nutrida presencia de sus familiares, amigos, compañeros de estudios, maestros, allegados, conocidos y, en general, de practicamente todo el pueblo, cuyo número de acompañamiento, según cálculos estimados, fácilmente sobrepasaba las mil personas.

            Ya en el campo santo, se vivieron  escenas de dolor, pues el pesar por la prematura partida de este joven tonchigüense, se reflejó en el rostro, no solo de sus familiares, sino de sus amigos y de sus compañeros de colegio, de sus maestros y de quienes de una u otra forma le trataron en alguna ocasión y de todos quienes le acompañaron a su última morada que, con lágrimas inconsolables, cumplieron con la penosa tarea de depositar el cadáver en la tumba fría donde ahora descansa por siempre este joven tonchigüense que se nos adelantó en el viaje a la eternidad.

Que haya paz en la tumba recién abierta de Joao Carlos Bone Quiroz,




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