En la tarde del
pasado miércoles se cumplió con dar cristiana sepultura al cuerpo de la menor
de 6 años de edad que, en la mañana del martes, falleciera frente al centro
educativo Balneario de Súa, donde ella cursaba el primer año de educación
básica, cuando fue arrollada por un vehículo fantasma causándole la muerte de
manera instantánea y frente a los ojos
de su progenitora.
El cadáver de la pequeña fue velado
durante la tarde y noche del martes, así como en la madrugada y mañana del
miércoles, en la que fuera su vivienda ubicada en el barrio Buenos Aires de la
parroquia Súa.
En horas de la tarde del día miércoles su cuerpo fue trasladado hasta el centro educativo donde ella estudiaba y allí se levantó una capilla ardiente por varios minutos para, posteriormente, ser retirada del lugar y, acompañada de sus familiares, docentes y compañeros, fue llevada hasta el cementerio general de la parroquia Súa donde recibió cristiana sepultura.
Este
hecho, generó consternación y rechazo, no sólo en la parroquia Súa, sino a lo
largo de toda la zona sur, pues la colectividad responsabiliza de este suceso,
a más de la imprudencia del conductor que causó el accidente, a la
irresponsabilidad de las autoridades del Ministerio de Transportes y Obras
Públicas que, hace varias semanas, autorizaron el retiro de varios muros
rompevelocidades y ubicaron otros muros verticales, más pequeños, denominados
pianos, a los que la mayoría de los conductores no respetan, sino que cruzan a
velocidades exorbitantes.
En
todo caso, al menos en la parroquia Súa, luego del accidente que cobró la vida
de esta menor, se autorizó la construcción de un nuevo muro en el lugar del
incidente y en donde había un rompevelocidades que fue retirado semanas atrás y
que, de haber estado, posiblemente hubiese evitado la muerte de una inquieta y
encantadora chiquilla que apenas empezaba a vivir.
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