El cuerpo sin vida del ciudadano Atacameño Mario Daniel Jama
Olaya, de 22 años de edad, fue encontrado en la madrugada de este sábado, en
un sector cercano a la entrada de la vía a Sálima, en el paso lateral Tonsupa –
Súa, presentando alrededor de 8 impactos de balas en diferentes partes de su
cuerpo.
Luego de
conocerse sobre la presencia del cadáver en ese sector, personal uniformado de la policía procedió a realizar el levantamiento del cadáver
y, de inmediato, fue trasladado hasta la morgue del cementerio general de la
ciudad de Atacames, donde se realizaron las principales diligencias de ley
para, posteriormente ser entregado a sus familiares para su respectiva velación
y posterior inhumación.
Según la datos
preliminares de la policía, todo parece indicar, que el infortunado ciudadano
fue asesinado en el mismo lugar donde se le encontró, por la abundante sangre
que estaba esparcida en ese sitio.
Sin
embargo, al parecer, Jama Olaya, fue torturado y llevado a la fuerza hasta ese
sector, porque presentaba señales de golpes y hematomas en algunas partes de su
cuerpo.
Al momento
de su muerte, el infortunado ciudadano, vestía ropa deportiva, esto es, zapatos
de lona color negro, una bermuda roja sobre una pantaloneta e interior del
mismo color, mientras que la camiseta era de colores rojo y azul a rayas.
Trascendió
que el joven era soltero y residía en casa de sus padres, en un sector del
Malecón de la playa de Atacames.
Se informó
que, este mismo día, la policía detuvo a dos personas sospechosas de este
crimen, añadiéndose que mayores detalles se darán a conocer en la mañana del lunes, en una Rueda de Prensa que se dará en el Comando Sectorial de Policía de
Atacames.
Debemos indicar
que este es el segundo crimen que se comete en lo que va de este mes en el cantón
Atacames y, coincidentemente, en la parroquia Tonsupa, pues el pasado 11 de
enero se encontró el cadáver de un sujeto inidentificado en el sector Los Guayacanes
2, quien presentaba más de 10 orificios provocados con arma corto punzante y que
fue sepultado en una fosa común luego de esperar, por más de 3 días, sin que ningún
familiar o allegado lo identifique.
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