Desde el año 1795
hubo en Cuenca la expresión pública por conseguir la libertad, en diferentes
lugares de la ciudad, considerando que, el 25 de marzo de ese año, circularon
varios escritos y letreros que contenían ideas de libertad.
Las autoridades españolas
reaccionaron y enjuiciaron a los responsables. No se sabe exactamente el
paradero de los juicios, pero se cree que los participantes en la creación de
dichas leyendas fueron: Paulino Ordóñez, Fernando Salazar y Piedra, Joaquín
Tobar.
Con el fin de obtener libertad, del
yugo español, se hicieron luego dos intentos, pero ambos fracasaron, hasta que,
el 3 de noviembre de 1820, el Dr. José María Vásquez de Noboa,
como gobernador de la ciudad, mandó a publicar unas Reales
Ordenes Españolas, acompañado de la escolta militar; mientras se
leía dicho mando, en una esquina de la ciudad, nueve patriotas en complot con
Vásquez se echaron sobre la escolta y la desarmaron a la fuerza.
Los nueve avezados independentistas
estaban comandados por el Teniente Tomás Ordóñez, quién fue
herido cuando se hallaba trabado en una lucha con un soldado y una bayoneta le
atravesó la pierna de un golpe. Los patriotas se reunieron en la Plaza de San
Sebastián. Allí con un numeroso grupo de ciudadanos cuencanos proclamaron la
libertad e Independencia de Cuenca.
Ordóñez a pesar de encontrarse
herido, recorría las calles, animando y entusiasmando las multitudes; luego se
unen dos sacerdotes: José Peñafiel y Juan María Ormaza, este último, con dotes
de buen orador, manifestaba con elocuencia los sacrificios que todos debían
hacer por la libertad e independencia.
El jefe militar, Antonio García Trelles,
originario de España, al ver este ataque, da la orden a sus 109 soldados para
que salgan del cuartel e iniciaran la pelea entre la gente del pueblo y los
militares.
En la tarde del día 4 de noviembre
llega la ayuda patriota, desde la población de Chuquipata, al mando de otro
sacerdote llamado Javier Loyola. Con la llegada de esa gente los héroes
cuencanos logran vencer finalmente a la tropa española en el sector de
Verdeloma.
Con la independencia, los patriotas
proclamaron la República de Cuenca y el 8 de noviembre fue convocado el Consejo
de la Sanción, para elaborar el Plan de Gobierno o Ley Fundamental de la
República de Cuenca luego conocida como la Constitución política Cuencana de
1820, aprobada por los diputados el 15 de noviembre de 1820.
La Junta Suprema de Gobierno quedó
presidida por José María Vázquez de Noboa quién en ese momento comunicó la
hazaña libertaria al entonces Vicepresidente de la Gran Colombia,
el General Francisco de Paula Santander.
Sin embargo, la alegría no duró
mucho, ya que, el 20 de diciembre de 1820, los patriotas fueron derrotados en
Verdeloma, por el Coronel Francisco González, quien con seiscientos
soldados leales a la corona española, veteranos y bien armados, se enfrenta con
un millar de hombres sin experiencia y poco armados, dejando a su paso más de
200 cadáveres en el campo de batalla para luego irrumpir en Cuenca y así acabar
con la República.
Después de poco más de un año de la
represión, el General Antonio José de Sucre hace su entrada
triunfal a la ciudad de Cuenca, al mando de sus tropas, el 21 de febrero de
1822. Cuando las tropas realistas, a cuyo frente se halla el Coronel Carlos Tolrá, ven
aproximarse a las fuerzas libertadoras, abandonan la ciudad, dirigiéndose a Riobamba.
Finalmente la independencia real se
dio cuando todo el territorio de la Real Audiencia de Quito, actual Ecuador, se
independizó, el 24 de mayo de 1822, en la batalla del Pichincha, batalla en la cual
el cuencano Abdón Calderón a pesar de recibir múltiples
heridas no se retiró de la lucha, él moriría días después en un hospital en
Quito, dicho acto de valentía durante la batalla fue considerado heroico por el
libertador Simón Bolívar, y este lo ascendió de rango. Hoy en día, Abdón
Calderón es considerado un héroe a nivel nacional. (Adaptación tomada del
diccionario virtual Wikipedia).
No hay comentarios:
Publicar un comentario