domingo, 3 de noviembre de 2013

Octubre cubrió de tragedias a los tonchigüenses.


Un total de 4 muertes trágicas se registraron en el transcurso del mes de octubre en la parroquia Tonchigüe, de las cuales tres se suscitaron por asesinatos y una por un accidente motociclístico, hechos lamentables que generaron conmoción en la población, particularmente en el primer suceso en el que perdieron la vida dos miembros de una misma familia tonchigüense, uno de ellos menor de 14 años de edad.

            Los incidentes de este suceso no han sido esclarecidos, lo único que se conoce es que las dos personas fallecidas, Tito Quintero Márquez (52) y su sobrino Denán Vera Quintero (14), habían sido secuestradas en la tarde del jueves 10 de octubre, en la vía principal, Same – Tonchigüe, a la altura del cementerio general de la localidad y, al siguiente día, en horas de la mañana, sus cuerpos fueron encontrados, con impactos de bala, tendidos en un sector desolado de la vía al recinto Cumba de la parroquia La Unión.

            Mientras tanto, el domingo 13 de octubre, como a las 19:00, en la vía Tonchigüe – Abdón Calderón, falleció trágicamente, y literalmente despedazado, el joven de 19 años de edad, Miguel Isaac Álava Jiménez, cuando se movilizaba en una motocicleta y se impactó de frente en una unidad de la Cooperativa de Transportes La Costeñita.

            Finalmente, el domingo 27 de octubre, amaneció el cuerpo sin vida de un joven manabita de 19 años de edad, Henry Elías Encalada Sánchez,  cuyo cadáver se encontraba en el interior de un vehículo, con varias puñaladas distribuidas en su tórax y cuello. Al parecer, el joven fue asesinado en el mismo vehículo que se encontraba estacionado frente a la vivienda donde él y otros amigos arrendaban.

            En todo caso, los hechos trágicos, particularmente los de asesinatos, generaron la preocupación colectiva en los tonchigüenses, quienes esperan que las autoridades competentes intensifiquen acciones para disminuir la ola de inseguridad que se está viviendo en la que, hasta hace poco, era una apacible y pacífica parroquia atacameña pero que hoy, a ritmo vertiginoso, se está tornando en una población de miedo, desconfianza e incertidumbre.

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