En medio del dolor
y llanto de familiares y amigos, la tarde del pasado jueves, en el cementerio
general de esta parroquia, fue sepultado el cuerpo de Juan Humberto Perea
Pinargote, “Juanuco”, de 38 años de edad, quien fue encontrado muerto, presuntamente
asesinado a garrotazos, en un sector del barrio San Antonio.
El cortejo fúnebre fue acompañado por sus más
cercanos familiares, compañeros de trabajos y amigos del extinto y sus
familiares, quienes, en primera instancia, trasladaron el cadáver, hasta la
iglesia católica del recinto Same y, luego del rito religioso, trasladaron el
cuerpo, en una nutrida caravana fúnebre, hasta el cementerio general de la
parroquia Tonchigüe donde recibió cristiana sepultura.
Mientras el cuerpo del extinto era
trasladado a su última morada, se respiraba un clima de incertidumbre e
impotencia, no sólo por parte de familiares, sino por habitantes de esta
localidad que comentan con preocupación este execrable hecho que, para
cualquiera, podría resultar aislado pero, para los vecinos de la parroquia
Tonchigüe, podría ser un aviso del clima de inseguridad que, de apoco, estaría
cobijando macabramente a nuestra, hasta ahora, pacífica parroquia.
Sólo se espera que las autoridades
policiales realicen su trabajo y que, ojalá, con una exhaustiva investigación
de oficio, logren identificar al autor o autores de este hecho, buscando frenar
cualquier indicio de actos delictivos similar al que están viviendo los
atribulados familiares de Juan Perea Pinargote y que hechos como estos no se
repitan nunca más en nuestra apacible y tranquila parroquia Tonchigüe.
Que, al menos, la muerte de Juan
Humberto Perea Pinargote, un ciudadano
con capacidades diferentes, sirva para hacernos reflexionar sobre el grave
riesgo de inseguridad al que estaríamos por embarcarnos, si nuestras
autoridades, no solo policiales, sino políticas y educativas, no emprenden con
programas tendientes a recuperar a los jóvenes de las garras del alcohol y la
drogadicción que, de apoco, se apodera de la juventud Tonchigüense.
Que hay paz en la tumba recién
abierta de Juan Humberto Perea Pinargote. Que de Dios Goces mi estimado
Juanuco. Hasta pronto….
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