El río Jordán, en el que fue bautizado Jesucristo, según la tradición cristiana, no es más que un hilo de agua contaminada y podría desaparecer el año que viene si no se toman medidas para salvarlo, advirtió una asociación ecológica.
El famoso río "ha sido reducido a un simple arroyo al sur del Lago de Tiberiades, secado por la sobreexplotación de sus aguas y devastado por la contaminación", advierte la asociación Amigos de la tierra/Medio Oriente (FoEME) en un informe que será presentado hoy lunes en Amán y destaca que el 98% de sus aguas están desviadas por Israel, Siria y Jordania.
El río, que en el pasado vertía mil 300 millones de metros cúbicos de agua dulce por año en el mar Muerto, en la actualidad no vierte más que entre 20 y 30 millones, lo cual provoca que se reduzca cada año en un metro el nivel de este mar salino.
La asociación indica que la única solución pasa por cesar el bombeo intensivo y verter grandes cantidades de agua dulce en el curso inferior. Israel debería realizar la mayor parte del vertido, dada las cantidades desviadas por el Estado hebreo, pero también dado su avance tecnológico.
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