martes, 7 de julio de 2015

Una foca se convierte en atractivo de Estero de Plátano.


Todo parece indicar que el pequeño animalito buscó refugio en este lugar, debido a que, por circunstancias que se desconocen, sufrió una herida en una de sus aletas y, felizmente, se recupera con satisfacción.

Nadie sabe exactamente cuando llegó, lo cierto es que hasta el fin de semana anterior jugueteaba en la orilla entre las olas del mar y, a ratos, como que se cansaba y buscaba cierta tranquilidad sobre cualquiera de las rocas que se encuentran en el sector.

Era una foca, un animalito que rara vez se ve en  la costa del continente ecuatoriano pero que estaba allí, en las playas del balneario de Estero de Plátano, en la parroquia Galera del cantón Muisne.

La gente del pueblo y los servidores turísticos, con cierto orgullo hacían correr la noticia de su presencia a orillas del mar.

 “Allá en la rocas, allí ella sube a asolearse. Hace un ratito estaba allí pero como se acercaron unas personas ella se bajó y ahora está bañando en el mar”, dijo un residente del lugar dirigiéndose a un grupo de turistas que acababa de llegar hasta el sector del Malecón en la mañana del sábado anterior.

Muchos de ellos caminaron hacia la desembocadura del río y, en efecto, el espectáculo era maravilloso. La marea estaba baja y ella, la foca, bañaba pasiblemente al vaivén de las suaves olas que morían en la orilla de la enrocada playa. Al rato se acercó lentamente hacia una de las rocas que se yerguen de entre las olas y, así, perezosamente, subió a ella y se dejaba bañar por el sol. Alzaba la mirada y como que observaba de uno a otro lado.

Un atrevido curioso quiso verla más cerca y se acercó, quizás más allá de lo que ella quería y, enseguida, se bajó nuevamente hacia las olas del mar y allí volvía a juguetear, haciendo de las olas su cubierta, su protección.

Walther Quintero, un servidor turístico del balneario, dijo que, de lo que él recuerda, es la primera vez que llega una foca hasta la playa de ese lugar. “Si han llegado por allá por Galera, pero por aquí no”, comentó el humilde ciudadano.

Dijo que al parecer el atractivo animalito había arribado a estas costas por cuanto se encontraba herido en una de sus aletas y, posiblemente, una vez que se recupere se aleje nuevamente en busca de los suyos y su hábitat.

Una joven turista que observaba el espectáculo, dijo que era recomendable que los habitantes y visitantes no maltraten a la foca y que le den todo el cuidado del caso, “incluso al ecosistema, porque si lo mantenemos limpio, posiblemente vengan otro tipo de animales a esta playa”, señaló.

En todo caso, los habitantes del sector sabían que, en efecto, debían darle todo el apoyo y cariño a la foca, hasta que ella se recupere y, posiblemente, se aleje nuevamente de ese lugar pero, obviamente, dejará un grato recuerdo en los lugareños y en los turistas que tuvieron la suerte de apreciarla.

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