Una historia muy particular se vive en el seno de la familia que reside en la vivienda que fue afectada, el pasado jueves, por el impacto de un vehículo de transporte, pues allí existe un niño de 9 años de edad que jamás ha visto la luz del día pero que, en todo caso, trata de vivir como los demás niños.
Su padre adoptivo, Wilfrido Trejo Castillo, cuenta que el menor, es nieto de su esposa (hijo de una hija de ella), refiriendo que se hicieron cargo del niño desde muy pequeño e inclusive le dieron el apellido, por lo que legalmente, él y su esposa son los padres del chiquillo, el cual lo están criando junto a un hijo menor de ellos de 4 años de edad.
Refiere que el pequeño nació sin visibilidad y, de acuerdo a los diagnósticos médicos, hay algunas causas para que eso haya ocurrido, destacando el hecho de que la joven madre biológica del menor fue afectada con la enfermedad del dengue hemorrágico durante el embarazo, por lo que al niño se le adelantó el alumbramiento mediante cesárea, es decir, a los 7 meses debió ser retirado del vientre de su madre.
“Los médicos señalan que la afectación pudo haber sido provocada por el medicamento que recibió su madre por enfermedad del dengue, por la anestesia recibida o porque no hubo un adecuado cuidado después de su prematuro nacimiento”, explicó el joven padre.
Mínimas posibilidades de ver.
Agrega que, aunque es una experiencia difícil tratar con un niño en esas condiciones, también es hermoso poder otorgarle amor y cariño, tratándolo como ese ser especial que en realidad es. “Es difícil por las múltiples preguntas que realiza, inclusive en horas de la madrugada, pues se nos hace complicado explicarle porque nunca ha visto la luz del día. Él sabe que existen las cosas, pero solo tiene nociones de lo que pueden ser, porque lógicamente nunca las ha visto”.
Sin embargo, todas esas dificultades e impotencias se cubren con todo el amor que le tienen al pequeño; amor y cariño que aumenta aún a sabiendas de que el menor nunca podrá ver normalmente, pues la ciencia médica sólo da una mínima opción de que eso ocurra. “Hace 3 meses estuve en la clínica Axis (Quito), donde le hicieron todos los exámenes a nivel integro-cerebral, pero el doctor no me dio mayores esperanzas, porque las arterias cerebrales al llegar a la vista se encuentran quemadas y es muy difícil que el niño pueda ver algún día”, refirió.
Señaló que, de todas maneras, le dan una mínima opción para que el niño pueda ver, por lo menos reflejos, es decir, lograr captar un 10 ó 15 por ciento de visión. “Esa operación se la pueden hacer luego e que el niño cumpla los 12 años, porque el padece de alteración nerviosa cerebral y, se considera, que pasada esa edad, puede resistir los medicamentos para esa difícil cirugía”, refiere el padre del menor.
Su educación.
Señala que actualmente el niño recibe educación especial en la Escuela “Hellen Keller”, de la ciudad de Muisne y se le nota que tiene un desarrollo muy avanzado para entender las enseñanzas que se le otorga, “sino que debemos aplicar tiempo y dinero para poder hacer que el niño reciba sus clases con normalidad, pues desde aquí tenemos que trasladarlo todos los días y estar pendiente de volverle a traer”, refirió.
Indicó que escogieron la Escuela de Muisne, porque ni en Abdón Calderón, ni en Tonchigüe, había centros educativos de educación especial. “En Atacames si hay pero es un sitio muy concurrido y podía haber sus riesgos para el menor en caso de que nos descuidáramos por un momento. En Muisne nos conocen y le conocen a él, por lo que ante cualquier situación, cualquiera nos puede ayudar”, añadió.
Agregó que pese a las limitaciones del niño es poca la ayuda que ha recibido por parte de los organismos de estados o de instituciones caritativas. “Estuvo la Misión Manuela Espejo y, al menos, ellos nos donaron una cama, un colchón y un bastón. Además recibe el bono solidario mensual de los 35 dólares que da el estado ecuatoriano”.
Sin vivienda.
Más adelante señaló que una de sus mayores preocupaciones es que no tienen vivienda propia, donde poder atender de mejor manera al niño que están cuidando y educando con mucho amor y cariño, señalando que han solicitado ayuda
a la Junta Parroquial de Tonchigüe y al Municipio de Atacames para que les donen un terreno allí donde ellos residen, en Abdón Calderón, “porque teniendo el terreno hay la posibilidad de que el MIES (Ministerio de Inclusión Económica y Social), nos ayude con la construcción de la vivienda”, indicó el preocupado padre de familia, refiririendo que las autoridades locales no le han dado respuestas en ese aspecto.
Finalmente explicó que la madre bilógica del niño, formó su propio hogar y reside en la ciudad de Chamanga, con dos hijos que logró tener posteriormente, un varón y una mujer, los cuales, felizmente, nacieron sin ninguna complicación.