Pese a que ha existido cierta oposición por parte de algunos dirigentes pesqueros que no están de acuerdo con el enrocado que se está efectuando en las riberas del estuario del río Tonchigüe, por cuanto, a decir de ellos, se está afectando el poco remanente de manglar que existe en ese sector, los trabajos de ubicación de las rocas de protección se continúan efectuando en esa área.
El enrocado es una obra complementaria a los colectores de aguas lluvias que se ejecutan en el barrio El Centenario de la cabecera parroquial de Tonchigüe, avalada por la Secretaría de Gestión de Riesgos y que se construye gracias a un convenio entre el Banco del Estado y la Municipalidad de Atacames, por un monto de 500 mil dólares, de los cuales el 50 % debe reembolsar la institución edilicia.
Sobre este aspecto, el Vicealcalde del cantón Atacames, Yuri Olivo Miranda, refirió que se analizó la preocupación de los dirigentes pesqueros por la afectación del mangle, no obstante, por recomendación del fiscalizador de la obra, se decidió que se continúe con la ejecución del muro de escolleras en las riberas del estuario del río Tonchigüe, considerando que, la protección que genere el muro, justifica la parcial afectación al mangle del sector.
Mientras tanto, varios moradores que residen a orillas del río Tonchigüe, en los barrios El Centenario, Manila y San Antonio, sectores que cubre el enrocado, coincidieron en señalar que, a criterio de ellos, el muro de escolleras les protegerá de mejor manera ante cualquier embate natural, conscientes de que el mangle tampoco será afectado en su totalidad con la construcción del enrocado.
En todo caso, al menos en esa parte, los trabajos continúan y hasta mediados de la semana que está culminando, una retroexcavadora se mantenía realizando las tareas de ubicación de las rocas para conformar el polémico muro de escolleras que se construye en las riberas del río Tonchigüe.
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