Los pescadores acordaron que se permitirá el uso de
los voladores pero a una distancia mínima de dos millas.
En una nueva
reunión efectuada en la mañana de este miércoles por parte de los pescadores de
la parroquia Tonchigüe para insistir en que se retiren los trasmallos
denominados voladores, el presidente de la Cooperativa de Producción Pesquera
Artesanal ‘Bendición de Dios’, Miguel Burgos, defendió la utilización de ese
material que, a decir de él, es netamente artesanal y hace una pesca selectiva
considerando que el ojo de malla es de 3 pulgadas.
“Es decir que nada
de lo que esté pequeño se va a quedar ahí, solo vamos a atrapar peces que sean
grandes”, recalcó el dirigente pesquero, reconociendo que esos trasmallos
permanecen en el mar toda la noche.
“Yo les he
denominado los guardianes del mar, porque eso está permitiendo que la flota
industrial no rice (pesque) en las áreas que a ellos no les corresponde”,
añadiendo que le preocupaba el hecho de que si no se les permite continuar con
la pesca de los voladores, los industriales vuelvan a realizar faenas de pesca
a orillas del mar y se afecte mucho más la biología marina.
Otra hipótesis.
Por su parte, una
dama que no se identificó y quien también intervino en la reunión, señaló que a
su criterio, más que los voladores, quienes están afectando las especies son
una grandes lanchas que, en Atacames, las denominan ‘barquitos’.
“Ellos utilizan una
malla que no entra ni el dedo. A ellos es que tenemos que decirle que ya no
pueden pescar, porque ellos matan todo tipo de especies”, aseguró la dama,
añadiendo que esa pesca la hacen muy cerca de la orilla del mar y se afectan la
mayor parte de peces y crustáceos pequeños.
Sin embargo, esos
argumentos no convencieron a los pescadores tonchigüenses y algunos de ellos
expusieron sus razones por las que consideraban que son los ‘voladores’, los
que han disminuido la pesca en este lugar.
Maltrato a las especies.
Algunos de ellos
argumentaron que ese trasmallo es grande y no está en un solo sitio, sino que
rueda de acuerdo a las corrientes marinas y va arrasando con todo lo que
encuentra a su paso, añadiéndose que hay especies que, en efecto, no las agarra
pero las deja maltratadas y destrozadas, las cuales aparecen en las redes de
los pescadores artesanales.
Oswaldo Pinargote,
quien asegura que pesca pargo y corvina con anzuelo en las áreas cuyo fondo
marino es de piedra, asegura que, en algunas ocasiones, han sacado trozos de
malla de los voladores, “y eso es una trampa mortal para las especies,
considerando que ese material dura cientos de años para descomponerse”, señaló.
La resolución.
En todo caso, al
final de la reunión y con la presencia de algunas autoridades parroquiales allí
presentes, se acordó que quienes están pescando con los trasmallos ‘voladores’
lo continúen haciendo pero a una distancia mínima de 2 millas desde la orilla
de la playa.
El acuerdo tomado
es temporal, pues según se indicó, los encargados de la oficina de la
Subsecretaría de Pesca ubicada en la parroquia Tonchigüe, han enviado una
comunicación a sus superiores y están a la espera de una respuesta que
especifique la retirada de los cuestionados trasmallos o se indique alguna
regulación para que se lo continúe utilizando sin causar mayores estragos a la
biología marina.
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