La ubicación de 2 tubos de metal que se encuentran sobre el río Rampiral y que funcionan a manera de puente peatonal para conectar los barrios 26 de octubre y Urdemar del centro poblado de Same, recinto de la parroquia Tonchigüe, genera cierto riesgo para quienes utilizan ese improvisado viaducto.
Luis Ibarra, morador del sector y quien utiliza diariamente el puente, señaló que allí ya se han caído niños y personas adultas, además de entre los matorrales han salido culebras que ponen en riesgo a las personas que circulan periódicamente por ese puente.
“Considero que, como comunidad, deberíamos programar una minga comunitaria, para limpiar el área y, de ser posible, arreglar los tubos de mejor manera para ubicarles tablones por encima y que las personas podamos circular con mayor facilidad”, señaló.
Indicó que las autoridades parroquiales y municipales, también deberían acercarse por el sector y auscultar el estado de los tubos que hacen las veces de puente en el lugar.
Señala que la necesidad de circular por el sector se debe a que quienes habitan en los alrededores, se ahorran caminar a lo largo de la vía principal con los riesgos que ello implica por los vehículos que circulan por esa carretera, aunque también hay la opción del puente peatonal que queda por el barrio las Acacias, “pero también hay que cubrir una considerable distancia desde estos sectores hacia el indicado puente”, refiere el ciudadano.
Por ello su insistencia de que las autoridades parroquiales y cantonales, les ayuden a organizarse y a buscar alternativas para mejorar ese tan necesario puente para ellos.
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