Uno de los pescadores tonchigüenses que fue atacado por los piratas, el miércoles en la noche de la semana anterior, que responde a los nombres de Winther Cedeño, comenta que esa noche, él y su compañero, emprendieron viaje hacia la mar con el objetivo de ir en busca de raya, no obstante, cuando se encontraban a una prudencial distancia, siente cierta molestia en el motor y deciden regresar para no alejarse mucho de las costas tonchigüenses.
Frente a las costas de Súa, deciden parar y hacer un lance (tirar los materiales de pesca) y, en efecto, así lo hacen, para lo cual apagan el motor, no obstante, cuando intenta volver a prender la máquina, ésta no les funciona y deciden anclarse hasta esperar que una lancha les encuentre y les remolque.
Y mientras estaban anclados decidieron descansar un rato y él se ubica sobre el vivero, agregando que, aunque no estaba dormido, el no escuchó absolutamente nada, “cuando sentí la lancha extraña, ya tenía sobre mí un sujeto encañonándome, quien me dice, suave nomás, no alce la cabeza. Entonces yo me quedé ahí quieto”, señala el humilde pescador.
Agrega que eran en total 6 los antisociales, todos ellos encapuchados y, por la forma de hablar, considera que todos eran jóvenes, descartando que sean de otra nacionalidad.
Posteriormente los sujetos les arrojan la batería al agua y pasan a la embarcación que ellos andaban el compás, un cuchillo, la piedra de afilar, una comida y le sacaron 3 dólares que el pescador llevaba en el bolsillo, así como un reloj que llevaba en su muñeca.
Agrega que el motor no se lo llevaron porque estaba dañado, no obstante los antisociales le arrancaron el chicote y también se le llevaron la gasolina.
Señala que, en cuanto a las armas, pudo notar que, quien lo tenía encañonado lo amenazaba con un revólver niquelado calibre 38, mientras que de los otros antisociales no pudo observar que clases de armas cargaban. Posteriormente describe lo que, en medio del susto, pudo observar de las características de la embarcación que utilizaban los piratas, pues de lo que recuerda la lancha era celeste, con 3 franjas blancas a los lados y una parrilla adelante.
Indica que el suceso les ocurrió alrededor de las 22:00 del miércoles y presume que ellos fueron los primeros atacados en esa noche, pues los mismos antisociales serían los que robaron a 3 pescadores de Súa y 3 de Atacames, los cuales fueron perjudicados con la pérdida de sus motores.
Agrega que luego de perpetrado el asalto, los antisociales les dejan amarrado, aunque el que ató a quien relata la historia le dijo, “te voy a dejar suave para que puedas soltarte”. Eso le hace presumir que su asaltante sea una persona conocida.
El Pescador tonchigüense finalmente señala que no fueron golpeados ni maltratados por los delincuentes y que, luego de que se marcharon, él y su acompañante, permanecieron en la embarcación hasta la mañana del día siguiente cuando un barco pesquero de la zona les remolcó hasta encontrar otra embarcación que los llevó a tierra.
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