miércoles, 24 de agosto de 2011

Servidores turísticos muestran preocupación por estado del río Same


Varios servidores turísticos que prestan sus servicios en el balneario de Same y algunos moradores del sector, también hicieron pública su preocupación por el estado calamitoso en que se encuentra y se observa el río Same, que circula por el centro poblado de la comunidad y muestra una imagen deprimente por la contaminación de la cual está siendo objeto.

            “Yo les digo no boten agua sucia al río, pero nadie hace caso. Yo ya me cansé hermano y por eso ya ni les digo nada, sino que llegan y botan su agua sucia ahí”, refiere Leonor Angulo, quien trabaja junto al sector y observa como diariamente las personas que prestan servicios de comida en la zona, arrojan agua y desperdicios inmisericordemente al cauce del agua del río.

             De su lado, Estela Valverde, refiere que, en efecto, como se observa, el río está sucio, en malas condiciones, antihigiénico, mal olor y basura insoportable. “Para evitar esto considero que cada persona debería tener su pozo séptico y allí arrojar el agua sucia y así evitar está contaminación que perjudica mucho al turismo y a nosotros mismos que  dependemos de esa actividad. Al turista no le gusta eso”, refiere la servidora turística de la zona.

            Asimismo recomienda que la basura no se debe arroja al río ni a sus riveras, sino tratarle de mejor manera, ubicándola en fundas y sacos para sacarla a la hora que pasa el vehículo recolector, “y así evitemos esto. Por favor colaboremos para tener un mejor medio ambiente y así ayudar a que la actividad turística se mantenga en este sector”, enfatizó.

            Por su parte José Miranda, considera que, entre todos los comerciantes se deberían poner de acuerdo y contratar una maquinaria para realizarle una limpieza intensa al río. “Conozco que hay una máquina que cobra 40 dólares la hora y en 5 horas de labores habremos logrado el objetivo, refirió.

            Añade que una vez limpio el río, las personas deben evitar continuar con la contaminación de su cauce y, de pronto pensar, en hacer un pozo común para todos arrojar allí las aguas servidas o, en su defecto, que cada quien haga su pozo “como yo lo hice. Me gasté 350 dólares, pero hice mi pozo”, señaló el servidor turístico.

            De su lado, Francisco Chasing, reconoce que toda la gente que presta servicio de alimentación en esa parte del balneario de Same, junto al río, por no contar con pozos sépticos, acumulan las aguas servidas en balde y luego las arrojan al cauce del afluente.

            Él coincide en que la solución estará en la contratación de la maquinaria para limpiar el río y luego buscar un  sector para hacer un pozo común para que todos boten las aguas servidas allí y de la misma manera el tratamiento de la basura, ubicada en sacos y fundas herméticamente cerradas, sacándola cuando el vehículo recolector pase por el lugar.

            Finalmente refirió que él también hizo el esfuerzo de hacer su pozo séptico, habiendo invertido 270 dólares para tal efecto, pero tiene la satisfacción de no estar contaminando el río de la localidad, como lo hacen la mayoría de los servidores turísticos del sector.

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