miércoles, 7 de mayo de 2014

Dieron último adiós a una bella tonchigüense.


El sol brillaba en lo alto del firmamento tonchigüense, como rindiendo un caluroso homenaje póstumo a una de las damas más hermosas que salió de las entrañas de la parroquia Tonchigüe y que, en ese momento, ayer martes en la tarde, aunque nadie lo quería, porque se hacía difícil asimilar que ella estaba en un cofre mortuorio, era trasladada hasta su última morada.

            Yulexi Álava Garzón, sólo había cumplido 20 años de edad y, por esas circunstancias que son difíciles de entender, emprendió el viaje al reencuentro con el Supremo Creador. Seguramente él, la necesitaba para adornar, con una estrella más, el hermoso firmamento de aquel pueblo que, en ese momento, despedía físicamente a la encantadora dama que, no hacía mucho tiempo, se había comprometido en unión libre con quien viajaba al momento de la tragedia que, posteriormente, le quito la vida.

            Un nutrido cortejo fúnebre la acompañó hasta el cementerio general de la parroquia Tonchigüe y allí, lo más difícil. Tocaba despedirla, dejarla de ver, darle el último adiós aquí en la tierra. Sus padres, sacando fuerzas de flaquezas intentaban mostrar cierta serenidad en uno de los más difíciles momentos por los que debe pasar un ser humano.

Sus hermanas, sus hermanos y muchos de sus familiares, no asimilaban, no lograban comprender, no sabían, no entendían, porque debían despedirla prematuramente y se resistían, querían mantenerla un momento más, no querían dejarla en una tumba fría, pero había que hacerlo y allí quedó.

Sí, quedó su cuerpo, porque su alma, seguramente bella como lo fue su cuerpo físico, viajó a la constelación de estrellas del supremo creador, mientras en la memoria de sus familiares, y de quienes tuvieron el placer de conocerla, se inmortalizaba en los gratos recuerdos vividos junto a ella.

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