martes, 27 de mayo de 2014

Sepultaron a Ex Presidenta de la Junta tonchigüense.


Con un acompañamiento masivo de la mayoría del pueblo tonchigüense, en la tarde del pasado domingo, fueron sepultados los restos de la extinta Ex Presidenta de la Junta Parroquial de Tonchigüe, Rosa Cedeño Romero de Suárez, en el cementerio general de esta misma localidad, parroquia en la que vivió la mayor parte de sus 70 años de vida.

            La ahora extinta reconocida dama tonchigüense, hace aproximadamente dos meses, sufrió un  quebranto severo en su salud y, sus familiares, de inmediato la trasladaron hasta la ciudad de Manta, provincia de Manabí, donde fue asilada en el Hospital del IESS, no obstante, pese al esfuerzo de los galeno, la temible enfermedad se hizo irreversible y en la mañana del sábado cobraba la vida de la humilde ciudadana.

            La noticia de su fallecimiento causó profunda consternación en la parroquia Tonchigüe y, como a las 19:00, de ese mismo sábado, era recibida en esta localidad por un número considerable de tonchigüenses que le acompañaron en el velatorio realizado en la que fuera su vivienda, ubicada en el barrio 26 de Noviembre, cerca de la playa de la indicada urbe.

            Al siguiente día, en horas de la tarde, fue trasladada hasta la iglesia católica “Virgen de Lourdes “, de la localidad donde se ofició la misa de cuerpo presente y, luego del rito religioso, con un nutrido cortejo fúnebre, sus restos fueron llevados hasta el cementerio general de la localidad y allí el último adiós, un adiós silencioso, pues nadie dijo nada, no había ya más que decir.

El silencio, fue el mejor homenaje póstumo que el pueblo de Tonchigüe decidió entregarle a la humilde dama que, en ese momento, despedía y que, en su vida, también entregó parte de su tiempo al pujante desarrollo de esta localidad cuando fue presidenta de la Junta a mediados de la década del 80 del siglo anterior.

Y, así, silenciosamente, sus restos fueron depositados en la bóveda fría donde hoy su cuerpo descansa por la eternidad, mientras sus familiares, pese a la valentía demostrada en su última despedida, tratan de asimilar la ausencia física del ser querido que, seguramente, desde el paraíso celestial, junto a la Virgen de Monserrate, divinidad a la que veneró en la tierra, está guiando los pasos de los suyos y del pueblo que tanto amó.

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