jueves, 3 de marzo de 2011

Mujer tonchigüense que fue raptada cuando niña quiere encontrar a sus familiares


Una humilde madre de familia que reside en la parroquia Tonchigüe desde hace más de 20 años, frente al deseo de querer encontrar a sus familiares de sangre, reveló a la prensa local toncigüense, un secreto del cual sólo sus más cercanos familiares conocían.

En efecto, María Esther Paucar Garcés, de 56 años de edad, nos comentó que ella no se crió con sus familiares, porque a quien ella consideró su madre, Amada Garcés, la había raptado de poder de una de sus hermanas de sangre. “A mí me comentó una nuera de la que yo creía que era mi madre, cuando yo tenía unos 14 años de edad. Ella me dijo que cuando me raptaron yo estaba con una hermana mayor que mí, vendiendo frutas en la plaza Urbina de Ambato. La Señora le pidió a mi hermana que fuera a ver más frutas y ella le esperaba conmigo. En ese momento me raptó y me llevó a vivir con ella”.

Agrega que en esa época ella tendría unos dos años y medios de edad, razón por la cual no recuerda absolutamente nada, ni sus primeros nombres, ni el apellido de sus padres, mucho menos el nombre de ellos.

Indica que sus padres de crianza recién le dieron el apellido cuando tenía 14 años de edad y, al parecer, las razones para haberla raptado era porque ellos no tenían hijas mujeres. Ella vivió con la familia que le raptó en un recinto llamado La Playa, parroquia Cevallos, provincia de Tungurahua, cerca de Ambato, ciudad en la que fue raptada.

“Ellos me criaron siempre con maltratos, no me quería y luegode que me enteré que ellos no heran mis padres, me comprometí y me separé de ellos. Hace más de 20 años que no tengo contactos con quienes me criaron”, refirió.

La humilde mujer calcula que su familia podría estar por el sector de Quevedo, en un punto denominado Chibunga, considerando que, en ese sector, hay bastantes árboles frutales y lo que sus padres, se supone, vendían cuando ella fue raptada eran frutas de la costa, como banano y naranja.

Por ello aspira que a través de la prensa el mensaje llegue a sus familiares de  sangre que tal vez recuerden el momento en que la perdieron, entre los años 48 y 50 del siglo pasado, en la plaza Urbina de Ambato y así puedan comunicarse con ella.

Indica que se decidió revelar esta situación porque tiene la esperanza de que alguien de su familia pueda recordar aquel fatídico día en que la perdieron y mantiene la ilusión de conocer por lo menos a uno de sus padres o a cualquiera de sus hermanos.

Con lágrimas en lso ojos señala que todos sus hijos han crecido sin conocer a su verdadera familia materna, “la única familia, en ese caso, he sido yo”, señala con nostalgia.

En todo caso, amigo lector, si usted ha escuchado de una familia que perdió su hija allá por la década del 50 y considera que la dama de este relato puede ser a niña de ese entonces, comuníquese con la Sra. María Esther Paucar Garcés al celular 093-336-916, ella reside en la parroquia Tonchigüe, junto a la cancha de fútbol de esta localidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario