Un número considerable de residuos de mariscos se podía observar en la mañana del miércoles de la semana anterior, regados en un sector de la calle Francisco Mejía Villa, entre la Baltazar Cusme y Manuel Cuero, en la parroquia Tonchigüe, residuos que emanaban malos olores y que incomodaban a los vecinos.
Al parecer los desperdicios habrían sido puestos en horas de la noche del martes en un tacho de basura, no obstante, los perros y aves de rapiña se encargaron de esparcirlos por toda la zona causando incomodidad a los transeúntes y, mayormente, a los vecinos que habitan en los alrededores del sector.
Varias amas de casa del lugar refirieron que en el sector hay una familia que se dedica al expendio de mariscos y, al parecer, de allí provienen los residuos, añadiendo que no es la primera vez que esto ocurre, sino que siempre tienen esa incomodidad en el sector.
Indican que el problema se da por cuanto la basura la dejan expuesta en una parte de la vereda para que sea retirada cuando pase el vehículo recolector, no obstante, cuando éste pasa, las basura en muchas ocasiones ya ha sido esparcida por los animales y, en muchos casos, los obreros municipales no se dan la molestia de recogerla y los residuos quedan esparcidos en el lugar.
En todo caso, sería recomendable que la familia que se dedica al negocio de mariscos en ese sector, analice nuevas alternativas del tratamiento a los desechos, siendo una opción la de construir una tarima a una altura considerable, para ubicar los desechos, de ser posible congelados, y evitar que los perros la esparzan hasta que pase el vehículo recolector.
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