Fallece en Huachal septuagenaria dama en la noche de la novena de su esposo.

Como si hubiese querido estar en la tierra hasta confirmar que sus familiares y amigos efectuaran el rezo de novena de quien fuera su esposo, minutos después de aquel rito religioso, en la madrugada de este domingo 26 de abril, falleció la humilde y conocida matrona, Aida Marcela Rodríguez Jama, de 72 años de edad, quien residía en el recinto Huachal, parroquia Súa.

            La humilde dama, en el ocaso de su existencia, convalecía en la vivienda de su hija Rosalía Angulo, ubicada en el recinto Huachal. En la noche de ayer, en ese mismo lugar, se efectuaba el rezo de novena de quien fuera el esposo de la  ahora extinta y poco antes de la 1 de  la madrugada de este domingo, culminaba el indicado rito religioso y, a los pocos minutos, se informaba del deceso de la septuagenaria mujer.

            De acuerdo a versiones de sus familiares, Doña Aida venía padeciendo de una enfermedad desde hace varios días y, el pasado jueves 16 de abril, su esposo, Simón Alejandro Angulo Quiñónez, dejó de existir, como producto de una enfermedad que lo consumió en apenas 15 días y, al parecer, el deceso de su eterno compañero afectó emocionalmente a la dama y complicó mucho más su situación, apresurando el desenlace fatal.

            En su paso por la vida y, con su único y eterno compañero, Simón Angulo, la humilde dama procreo 20 hijos, 13 mujeres y 7 varones, de los cuales uno ya se les adelantó en el viaje a la eternidad.

            La extensa descendencia de hijos e hijas, también le permitió tener, hasta el momento de su fallecimiento, 75 nietos y 61 bisnietos, según datos proporcionados por sus familiares.

            El cuerpo de Doña Aida Rodríguez Jama, se está velando en casa de su hija Rosalía Angulo, en el recinto Huachal de la parroquia Súa. La misa de Cuerpo Presente se efectuará mañana lunes 27 de abril, a las 09:00, (9 de la mañana) en la iglesia "Inmaculada Concepción" de la Parroquia Súa; y, una vez culminado el rito religioso, su cadáver será trasladado al cementerio general de la parroquia antes indicada, donde recibirá cristiana sepultura.