Como producto de
una lamentable enfermedad que le venía aquejando desde hace mucho tiempo, en la
madrugada del sábado anterior dejó de existir el conocido estilista
tonchigüense, Víctor Portacarrero Robinzón, deceso ocurrido en la plenitud de
su juventud, pues apenas frisaba los 25 años de edad.
El joven estilista, desde que se le
detectó la enfermedad que poco a poco la fue extinguiendo la vida, libró una dura
batalla por mantenerse aferrado a este mundo con atenciones permanentes en una
casa asistencial de la ciudad de Quito, hasta dónde viajaba habitualmente, y
pese al esfuerzo de los galenos que le atendieron y al inmenso esfuerzo de su madre,
Lila Robinzón Colobón, quien le acompañó en todo momento, nada se pudo hacer y
en la madrugada del sábado último expiró en el interior de su humilde hogar
ubicado en el barrio Manila de la parroquia Tonchigüe.
Luego de conocerse la nefasta
noticia de su fallecimiento, las muestras de solidaridad para con sus
familiares no se hicieron esperar, algunos de manera personal llegaron hasta la
vivienda donde eran velado sus restos y otros hacían pública su solidaridad y
congoja a través de las redes sociales, destacando el eficiente trabajo
realizado por el joven, ahora extinto, en el área del estilismo y su dura lucha
contra la enfermedad que, al final, lo arrebató de este mundo.
Los restos de Víctor Portocarrero
fueron velados hasta la tarde del domingo en que, con una significa
concurrencia de familiares, vecinos, amigos y allegados, fueron llevados hasta
el cementerio general de la parroquia Tonchigüe, donde recibió cristiana sepultura,
en medio del pesar y llanto de todo un pueblo que, en ese momento, lo despedía
físicamente, pues para muchos de los que le conocieron y trataron, aún seguirá viviendo
en lo más agradable de sus recuerdos.
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