En el balneario de Same, de la parroquia Tonchigüe, cantón Atacames, de a poco se ha ido incrementando una serie de juegos de aventura y adrenalina que encanta, divierte y entretiene a los turistas que, en feriados como el que estamos viviendo, llegan a las playas de este balneario.
Uno de los juegos que ha venido siendo tradicional es el de la Banana y, en este aspecto, Joseph Bautista, una de las personas que trabaja con este juego de aventura, cuyo costo es de 4 dólares por personas, señala este entretenimiento es seguro y es muy solicitado por los turistas que visitan esta zona.
La banana es un objeto inflable, de unos 6 metro de largo, donde varias personas se sientan, como a caballo y, luego, son arrastrados por una lancha que los llevan en una aventura por la superficie del mar. Hay ocasiones en que la mayoría de los participantes se salen de la banana pero se mantienen a flote por los salvavidas que, por obligación, siempre llevan puestos. Luego hacen el esfuerzo de subirse nuevamente a la banana o son rescatados por la propia embarcación.
Y, en este aspecto, un turista imbabureño que estaba equipado con los implementos para iniciar la aventura, señaló su satisfacción por cuanto sería su primera vez que iría a disfrutar de este juego, manifestando sentirse tranquilo, por las seguridades que se implementan para esta aventura marina.
Otro de los juegos atractivos y de mayor adrenalina es el Parasailing, en el cual el cliente es lanzado al aire en una especie de paracaídas y arrastrado por una lancha se mantiene suspendido, acompañado de la fuerza del viento, por un largo lapso.
Tulio Cevallos, encargado de uno de estos juegos, refiere que tiene varios años en la actividad y cuenta con autorización de las autoridades navales, agregando que la aventura es segura y que no hay riesgos para los estudiantes.
Explica que la aventura empieza en la arena, cuando al cliente se le ubican todas las seguridades, así como el Parasailing que se prepara previamente y luego, atado a una lancha, que empieza una veloz carrera, la persona se eleva en el aire y mientras recorre el océano, por un largo rato, se mantiene suspendida hasta que la lancha disminuye al velocidad y el cliente cae suavemente en el mar “y aunque nos epa nadar se mantiene en la superficie del agua por el salvavidas que le ponemos, lo recuperamos en la lancha y los trasladamos a tierra firme, con lo que culmina la aventura, explica.
“Vivir la experiencia de este juego cuesta 25 dólares por personas, pero cuando vienen en grupos o familias, hacemos algún descuento”, puntualiza.
Y así como aquellos dos juegos detallados, existen otros con los que el turista puede entretenerse, para disfrutar de la impresionante belleza del balneario de Same, en la parroquia Tonchigüe.
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