El Feriado de Semana Santa que, al menos en los balnearios de la parroquia Tonchigüe, estuvo matizado por 3 días de candente sol, culminó sin novedades negativas que lamentar, pues hasta la tarde de ayer no se habían reportado accidentes ni en los balnearios, ni en las vías de esta localidad.
La presencia de turistas, particularmente en el complejo habitacional Casa Blanca de Same, fue más o menos aceptable, lo que de alguna manera benefició a los servidores turísticos, no sólo del sector, sino también de la cabecera parroquial de Tonchigüe.
Según versiones de los propios servidores turísticos la mayor afluencia de turistas se vivió el Viernes Santos, el sábado decayó un poco pero no dejó de ser importante; mientras que el domingo desde tempranas horas, la mayoría de los visitantes empezó a abandonar los balnearios y a retornar a sus respectivos hogares, algunos preocupados por una posible paralización de los chóferes a nivel nacional, medida de hecho que, luego se conoció, había sido suspendida.
Lo negativo de la temporada fue la escasez de agua potable, pues en ninguno de los 3 días se pudo recibir el líquido vital a través de la redes. Los empresarios turísticos debieron contratar el servicio de tanqueros particulares para abastecerse del líquido, debiendo cancelar alrededor de 50 dólares por cada tanquero.
Mientras tanto, se conoció que, a los barrios de la parroquia Tonchigüe, se había llegado con tanqueros municipales, satisfaciendo a medias a una familias, mientras que otras quedaban a la espera de un servicio que nunca les llegó.
Y, en lo que respecta a seguridad, al menos en las playas de Same y Tonchigüe se notó la presencia de uniformados de la Fuerzas Armadas y en las vías y arterias de los centros poblados a uniformados de la Policía Nacional, quienes precautelaban el orden en sus respectivos sectores.
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