Dos ciudadanos que residen en pleno centro de la cabecera parroquial de Tonchigüe, hicieron
público su malestar por cuanto, de un tiempo a esta parte, se han incrementado
los robos a domicilio y las autoridades policiales poco o nada hacen para
contrarrestar esta situación que cada día se agudiza más en esta próspera
población del sur de la provincia de Esmeraldas.
En efecto, Alexandra
Holguín Ocampo, quien es una ciudadana nacida en esta parroquia y que hace poco
retornó a ella proveniente del extranjero, con el objetivo de invertir en un
negocio para contribuir a la actividad económica de la localidad que le vio
nacer, dice sentirse desmotivada por lo que está aconteciendo, pues en menos de
un mes le han robado por tres ocasiones en el interior de su vivienda.
Refirió que ella no es
el único caso y que, de lo que conoce, se habrían generado, al menos, 10 robos
en el lapso de 30 días. “Y son robos insólitos. Se llega a pensar que usan
alguna droga, porque estando los dueños en su casa cometen los robos”, dice la
preocupada ciudadana.
Añade que los autores de
estos robos son unos muchachos de la misma localidad que están acostumbrados a
hacer estas fechorías. “Aquí le robaron a un vecino y luego dijeron como lo
habían hecho y a quien le habían vendido. Dicen que ellos roban porque así como
los capturan enseguida los sueltan”, indica.
Por su parte, el vecino
al que hacía referencia la dama, Exio Sabando, señaló que el jueves después de
carnaval, se le robaron dos cilindros de gas y una bicicleta. “Por ahí
averiguando detuvieron a un chico que sabía quién había robado, pero luego me
dicen que ya lo han soltado, así que no sabemos que hacer”, señala.
Él también refirió que
conocía de algunos robos en el sector, señalando que a un señor de apellido
Molina le habían robado mil 500 dólares en efectivo.
Los dos molestos
ciudadanos coincidieron en señalar que no se habían preocupado de asentar
denuncias, porque de nada vale ese trámite, pues se detiene a los jóvenes
delincuentes a los pocos días andan deambulando libremente y haciendo de las
suyas otra vez al interior de la población.
Por ello lo que
recomiendan es que los miembros de la policía asignados a la parroquia
intensifiquen los patrullajes al interior de la población, “pero que no
enciendan las sirenas, porque eso es un aviso para los delincuentes cuando
están haciendo sus fechorías”, refiere Alexandra Holguín, quien también hizo
notar que la falta de alumbrado público es una de las causas que permiten la
proliferación de la delincuencia en esa comunidad atacameña.
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