martes, 18 de marzo de 2014

Colegio Tonchigüe incorporó su más numerosa promoción.


Un total de 58 Técnicos en Administración de Empresas, especialidad Atención en Restaurante y Bar, incorporó como Bachilleres de la República, el Colegio Técnico Fiscal “Tonchigüe”, de la parroquia del mismo nombre, en  lo que se constituyó en su más numerosa promoción, de las 29,  que ha entregado a la sociedad ecuatoriana.

            El acto solemne se cumplió sin mayores novedades y, cada uno de los 58 nuevos bachilleres, luego de confirmar su respectiva promesa de rigor, recibían el título original que los consagraba como tales. “Cuiden ese documento que es el original, bajado del sistema del Ministerio de Educación”,  indicó públicamente el Rector del Plantel Jacinto Chávez Ramírez.

            Luego de que todos fueron incorporados formalmente, hubo la intervención de la mejor alumna de la promoción, Mónica Oviedo García, quien previamente había recibido una mención de honor por parte del plantel en el que, en esos momentos, se estaba incorporando como Bachiller.

            “En las aulas de este plantel y en cada uno de sus espacios quedan impregnadas las huellas de los mejores años en los que tuve la suerte de contar con la enseñanza de excelente educadores, a quienes les llevaré siempre en mi corazón, así como a mis compañeros, que son grandes amigos y con los cuales aprendí a convivir y tuve la experiencia más gratificante de mi adolescencia y juventud”, señaló en un fragmento de su alocución  la más destacada de las bachilleres.

            Posteriormente intervino la Docente Janeth Ramírez y el Rector del Plantel, quienes destacaron la importancia del éxito alcanzado por quienes fueron sus alumnos durante varios años, recalcándoles que allí no terminaba todo, pues el comino continuaba y debían seguir cosechando triunfos en el futuro por el bien de ellos, de su familia y de la sociedad en general.

            Al final, los abrazos, las lágrimas, las sonrisas. Todo ello característico de programas como el vivido en ese momento y, bajo el brazo de cada uno de los estudiantes, el título de bachiller, documento por  el que ellos y sus familiares habían hecho supremos esfuerzos desde que iniciaron su carrera estudiantil en la educación básica hasta terminar el último día de sus estudios secundarios. Título que ahora deben avalarlo con el positivo accionar de su diario vivir, ya sea en la vida profesional o en la continuación de sus estudios universitarios.

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