Los centros poblados de los
recintos La Mina y El Cabito, ubicados en una zona montañosa, al sur de la
parroquia Tonchigüe, en el cantón Atacames, se están moviendo considerablemente
debido a fallas geológicas que han provocado el fraccionamiento en las áreas
pobladas, generando la preocupación de los moradores de ambos sectores y,
particularmente de las familias que ven amenazadas sus respectivas viviendas.
En
el caso del recinto La Mina, el fraccionamiento se ha venido presentando desde
hace 3 años aproximadamente y, a inicios del año 2010, destruyó la vivienda de
la familia Pinargote Correa, felizmente recibieron la ayuda del Ministerio de
Desarrollo Urbano y Vivienda (MIDUVI) y volvieron a construir una casa en una
parte más alta del mismo sector que parecía más segura.
Hasta
allí, se había solucionado el inconveniente de esa familia, pero los
fraccionamientos y hundimientos de la tierra continuaba y se pronunciaban mucho
más en las temporadas invernales aunque, felizmente, hasta el momento no se ha
destruido ninguna vivienda, pero los surcos se observan en algunos sectores y
amenazan, inclusive, con cortar la principal carretera de acceso a ese sector y
hacia otras comunidades la zona.
Mientras
tanto, a 10 minutos de ese sector y continuando por la carretera amenazada, se
encuentra el recinto El Cabito, lugar en el que también se observan fisuras en
un área que se viene moviendo desde el año anterior y que ha fraccionado la
vivienda de la familia Macías Vergara.
La
jefa de familia, Emérita Vergara, refiere que ellos ha hecho público esta
situación y han acudido a las autoridades seccionales, pero no han recibido
respuesta alguna para que se inspeccione y se busquen alternativas que, en lo
posible, evite que el suelo se siga erosionando.
Igual
situación ha ocurrido en el recinto La Mina, pues según refirió Tito Bone, pese
a que se constató el daño de una vivienda y se ayudó a la familia afectada, de
lo que él conoce, nunca llegó un equipo técnico al sector a inspeccionar el
área y verificar el estado del suelo para tomar las previsiones del caso.
En
todo caso, los habitantes de las dos comunidades, esperan que las autoridades
competentes, entre ellas de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos,
puedan ingresar hasta la zona y emitan algún informe con el que se insista para
la realización de un estudio profundo en esas dos áreas que actualmente están
amenazadas y no se sabe que pueda ocurrir en lo posterior.
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