Desde inicios de este mes y una vez que se levantó la
primera veda del año, la actividad de la pesca de la pinchagua volvió a
reanudarse en el litoral ecuatoriano y, con ello, también el desembarque del
producto por las costas de la cabecera parroquial de Tonchigüe, situación que,
si bien genera cierta actividad económica en la población, también ha generado
serias críticas de personas que se oponen al desembarque por este sector
considerando que se está atentando contra la salubridad y el medio ambiente de
la urbe tonchigüense.
En efecto,
la realización de esta actividad ha generado opiniones encontradas en la
población, pues mientras unos defienden la realización del desembarque porque
muchas personas se benefician directa e indirectamente con la actividad y el
producto mismo, otros critican el hecho de que los propietarios de los barcos
no hacen mayor cosa para evitar que los desechos y agua sangre se esparza en
los lugares de desembarque y en las vías por donde circulan los vehículos una
vez que empieza el traslado del indicado producto marino.
En este
último aspecto los comentarios se intensifican por el mal olor que se levanta
durante y después el desembarque, situación que a más de incomodar a propios y
turistas, también trae una considerable cantidad de aves de rapiña a este
sector.
No
obstante, los defensores de la actividad, indican que los propietarios de los
barcos tratan de minimizar el impacto con tapones en los vehículos para evitar
que el agua sangre se riegue por el lugar por donde circulan y, además, se
esparce cal en los sitios donde desembarcan, con lo que se amortigua la
afectación al medio ambiente.
Asimismo
hacen notar que, no solamente ese es el impacto ambiental que se genera, pues
existen descargas de baterías sanitarias directas al río, así como las
descargas de desechos del camal municipal y los residuos de mariscos que dejan
los propios pescadores y comerciantes de estos productos en la misma playa, por
lo que, de quererse tomar algún correctivo con los barcos pinchagueros, la
medidas de mitigación deben extenderse también hacia estas mencionadas
afectaciones.
Lo cierto
es que, al parecer, el desembarque de pinchagua continuará realizándose en esta
población, pues trascendió que los propietarios de los barcos han llegado a un
nuevo acuerdo con las autoridades parroquiales para seguir con estas tareas en
este sector, aunque aún no se hace público ni oficial el mencionado documento.
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