Abdón Calderón empezó a formarse como pueblo hace 4 décadas.

El recinto Abdón Calderón, de la parroquia Tonchigüe, que actualmente tiene más de 100 familias habitando en el centro poblado de la comunidad y que se encuentra celebrando sus festividades tradicionales, empezó a formarse en la década de los 70s del siglo anterior, según referencias de uno de los más antiguos moradores de la zona, Manuel Navarrete Moreira, quien dice tener 75 años de edad.

            Aunque no recuerda la fecha exacta en que compró un lote de terreno en ese sector, asegura que él tiene 40 años viviendo allí. “Cuando yo legué aquí vivían Don Sergio Angulo, Don Napa, un señor que le decían “Agua Caliente” y Don Andrés Morante, esas eran las únicas familias que existían en este sector.

            Agrega que, por esos tiempos, se asentó en este  lugar un próspero comerciante de nombres Wilson Chica, quien fue el que organizó la primera fiesta en el sector. “Nos reunimos con él algunas personas y propuso la idea de crear una fiesta escogiendo el nombre de una Santa y como la persona de mayor edad de este sector era la mamá de Don Napa, que recuerdo se llamaba Mercedes, escogimos a la Virgen de la Merced para rendirle homenaje y celebrar las festividades del pueblo en la fecha que se le rinde tributo a esa virgen (24 de septiembre).

            Asegura que esa primera fiesta fue bastante concurrida, pues asistieron personas de todos los recintos cercanos a ese lugar, aunque la movilización no era tan fácil como en la actualidad, pues ni siquiera el puente de hormigón que hay actualmente en el sector existía. “Primero había un puente de madera y después pusieron uno de metal hasta que, años más tarde, hicieron el puente que está allí”.

            Luego refirió que, por aquellos tiempos al sitio se lo conocía con algunos nombres: Las Mareas, Amarale, El Puente, La Pasada, pero en una reunión decidieron ubicarle un nombre que resaltara y escogieron el del destacado político liberal Abdón Calderón Muñoz, quien era uno de los más férreos opositores a los regímenes dictatoriales de esa época.

            En la actualidad, a decir de este humilde morador del sector, la comunidad no ha sido atendida como se merece por las autoridades de turnos, “tenemos una escuela sin cerramiento, una iglesia que está a punto de caerse, un sistema de agua que nunca ha funcionado y no contamos con ninguna cancha de fútbol, mucho menos, un parque de recreación”, señaló con nostalgia Don Navarrete Moreira, al culminar el diálogo con el autor de esta nota.