Tres personas de una misma familia que residían en la parroquia Tonsupa, cantón Atacames y que se movilizaban a bordo de una motocicleta, fallecieron trágicamente como a las 16:30 de la tarde del pasado domingo, cuando el pequeño vehículo en que se transportaban se impactó con una unidad de transporte público, en un sector ubicado entre los centros poblados de las parroquias Súa y Atacames.
Los fallecidos respondían a los nombres de: Francisco Rivera Castillo, Armando Araujo Chila y Pedro Quiñónez, quienes había estado compartiendo de una tarde deportiva en la cancha de fútbol de la parroquia Súa y al momento de la tragedia se trasladaban hacia sus respetivas viviendas en la parroquia Tonsupa.
Según versiones de curiosos el impacto se habría suscitado porque, al parecer, la moto, de placas HR-237F, en que viajaban los infortunados, se abrió en una curva e invadió el carril izquierdo siendo impactado por la Unidad Número 11 de la Cooperativa de Trasportes Interparroquiales Atacameñita, de placas PTZ-477.
El conductor de un vehículo que no quiso identificarse y que aseguró, al momento de la tragedia, conducía su automotor detrás del bus, observó que, en efecto, la moto invadió el carril izquierdo, impactándose de frente en el lado izquierdo del vehículo de transporte, impacto que provocó la inmediata inflamación de la moto que minutos más tarde también contaminó el bus, por lo que el fuego redujo a escombros a los dos vehículos.
El testigo señaló que, como producto del impacto, dos de las personas que se movilizaban a bordo de la moto, quedaron literalmente pegados en el frente del bus, mientras que el tercero, salió disparado por un costado y fue caer inerte a un costado del pesado automotor, el cual lo aprisionó con la llanta trasera izquierda al rodarse hacia atrás como producto de la pendiente.
Las dos personas que quedaron frente al bus fueron calcinados por el fuego y, un avezado taxista que pasaba por el lugar, fue quien los retiró del sitio en que se estaban quemando y les ubicó a un costado de la vía.
Posteriormente llegaron al lugar del siniestro miembros del Cuerpo de Bomberos de Atacames, quienes procedieron a sofocar el fuego que, en ese momento, había consumido el bus, cuyos pasajeros, según se conoció, no sufrieron ningún percance y, el conductor, como suele ocurrir en estos casos, se dio a la fuga.
Los cadáveres, luego de las diligencias que realizaron miembros de la policía acompañados del Fiscal de Turno, fueron trasladados casi al anochecer hasta la morgue de la ciudad de Atacames desde donde, posteriormente, serían retirados por sus familiares.
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