Los conductores y controladores de los vehículos de transporte público que prestan servicios hacia el norte y sur de la provincia de Esmeraldas, en los últimos días han intensificado la aplicación de la norma de no llevar pasajeros más allá de la capacidad del vehículo, esto para cumplir con Ley de Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial y así evitar ser sancionados, tanto el automotor, como el conductor, su propietario y hasta la empresa de transporte a la que pertenece el mismo.
Por esta situación, algunos pasajeros que residen en las comunidades intermedias de la ruta que cubre la transportación pública, se han visto sorprendidos por cuanto, en determinados vehículos, el controlador anuncia que sólo puede subir un número limitados de pasajeros, pues ese es el número de asientos libre con que cuenta o, en su defecto, simplemente indican que no hay espacio disponible y el vehículo continúa su marcha.
En algunas ocasiones los usuarios pugnan porque el controlador les permita el acceso, suscitándose leves altercados y, como puede, el oficial trata de explicar que cumplen con la Ley por cuanto los controles se han intensificado en ese aspecto y los vehículos y conductores pueden ser sancionados por llevar excesos de pasajeros, sanción que alcanza, inclusive, hasta la empresa de transporte a la que pertenece el vehículo castigado.
En efecto, el artículo 153.1 de la Ley de Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, sanciona con prisión de 6 meses a un año, suspensión de la licencia de conducir por el mismo plazo, multa de tres a cinco salarios básicos unificados del trabajador en general, a quien conduzca un vehículo de transporte público Internacional, Intraregional, Interprovincial, Intraprovincial con exceso de pasajeros.
La misma disposición señala que será responsable solidariamente el propietario del vehículo y la operadora a la cual pertenece, la misma que será sancionada con la suspensión de hasta 60 días de sus permiso de operación sin perjuicio de las demás sanciones previstas en la ley.
Lo cierto es que la aplicación de esta norma, si bien busca evitar accidentes y grandes tragedias por el exceso de pasajeros, puede traer consigo ciertos contratiempos y dificultades para las personas que residen en sectores intermedios de las rutas que cubren los vehículos de la transportación pública, pues la posibilidad de realizar un viaje oportuno dependerá de la disponibilidad de asientos que, en ese momento, tenga el vehículo que pretenda abordar.
En ese aspecto, un ciudadano podría esperar todo un día a orillas de la vía por un vehículo que le pueda transportar o, en su defecto, deberá sacrificar el bolsillo y fletar un vehículo particular para que le lleve al lugar de destino, con el objetivo de ahorrar tiempo y poder realizar oportunamente la actividad que le motiva a movilizarse.
En todo caso, se debe entender que el sacrificio de uno o más ciudadanos que, en determinado momento, no puedan viajar, se da por la búsqueda de dar mayores garantías de seguridad a la gran mayoría de personas que diariamente deben transportarse de un lugar a otro.
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