El pesar por el fallecimiento de la maestra
tonchigüense Quenia Morante Vera, cuyos restos fueron sepultados el pasado
miércoles en el cementerio general de la parroquia Tonchigüe, se extendió hacia
las redes sociales y múltiples fueron los comentarios de solidaridad y congoja
que se hicieron públicos, particularmente, a través de la red social Facebook.
La
mayoría de los comentarios coincidían en lamentar el prematuro fallecimiento de
esta joven maestra, destacando sus cualidades positivas de maestra y amiga, comentarios
que fueron emitidos por alumnos, ex alumnos, padres de familia y autoridades
que tuvieron el placer de tratar con tan distinguida maestra.
También se observaron comentarios
de conocidos ciudadanos de esta parroquia que residen en diferentes partes del
país y el mundo, quienes, desde la distancia, lamentaban el repentino
fallecimiento de la maestra y se solidarizaban con sus familiares por el
infausto acontecimiento.
En los mensajes se enviaban
plegarias al Todopoderoso para que acoja en su seno a tan distinguida maestra,
pues daban por descontado que ella había sido llamada al paraíso prometido para
impartir sus clases y sabios consejos al coro de ángeles celestiales, allá en
el eterno firmamento.
Lo cierto es que, de alguna
manera, la lluvia de comentarios de pesar y solidaridad, dejaron entrever que
la connotada maestra dejó sembrado, en quienes le conocieron, sentimientos de
profundo cariño y amistad, no sólo para ella, sino también para sus familiares,
sentimientos que afloraron cuando, por esas circunstancias que tiene la vida,
ella debió emprender el viaje al reencuentro con el Supremo Creador.
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