Los servidores turísticos que tienen sus negocios a lo largo del malecón escénico de la parroquia Tonchigüe, están observando con preocupación que, ante la pasiva mirada de las autoridades parroquiales y de la marina, cada día acoderan más embarcaciones en el área de bañistas de ese sector y, para colmo, la situación se está agravando porque los desperdicios de mariscos quedan esparcidos en el área y empiezan a emanar malos olores.
En esa localidad, hasta hace poco, en el área de bañistas era prohibido que se acoderen las embarcaciones de pesca pero, de un tiempo a esta parte, la situación ha cambiado radicalmente y las embarcaciones empiezan a acoderar y desembarcar sus productos en esa área considerada turística.
Sobre este aspecto, desde el Retén Naval de la parroquia Tonchigüe se informó que hicieron llamados de atención a los pescadores que acoderan en el sector, no obstante, han hecho oídos sordos a la petición de los uniformados, agregándose que los marinos no pueden exigir un desalojo porque la playa ahora, con las nuevas leyes, es área municipal y, desde la entidad edilicia, deberían tomar acciones en ese contexto.
Lo cierto es que, todo parece indicar, que no habrá control en ese aspecto y, en un futuro no muy lejano, el área de bañistas se verá copada de embarcaciones y, con ello, se perjudicará la actividad turística que se pretende potenciar en esa población, hasta ahora pesquera por excelencia.
En todo caso, sería recomendable que, las autoridades de la Junta Parroquial, emitan un informe respectivo a la Municipalidad, de ser posible, con un pronunciamiento oficial de los miembros el Retén Naval, para que la entidad edilicia tome cartas en el asunto y se exija que las embarcaciones que, poco a poco, están copando el área de bañistas, sean ubicadas en el sector pesquero o en el interior del estuario del río Tonchigüe, donde si es factible que estas embarcaciones acoderen.
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