Tres horas de lluvias que se dejaron caer en la zona durante la madrugada del pasado lunes, pusieron la primera prueba al lastrado del anillo vial Macará - El Aguacate, trabajos que fueron financiados por la prefectura provincial de Esmeraldas, dejando en los moradores del área la preocupación por cuanto, en efecto, lo que se sospechaba, el lastre humedecido se convierte en un material considerablemente fangoso y resbaladizo a tal punto que, en varios sectores, carros y motos, tenían dificultades para circular en las horas de la mañana de ese lunes.
Se indicó que el sector más crítico se presentó en el tramo Macará La Tablada, particularmente en la pendiente de acceso frente al centro poblado de Macará, allí fue imposible transitar mientras el terreno estuvo húmedo, reportándose, al menos, un accidente motociclístico cuyos ocupantes resultaron considerablemente golpeados.
Mientras tanto, en el tramo La Mina – El Aguacate, como a 500 metros del centro poblado de la última comunidad nombrada, el suelo también se puso fangoso y se tornó intransitable. Se conoció que hubo conatos de accidentes con los vehículos que circulaban por el sector.
Dirigentes de la zona, señalaron que los sectores por donde se pudo circular con mayor facilidad, fue en ciertos tramos donde se ubicó un lastre azul que, según conocieron, trajeron desde el sector de San Mateo en Esmeraldas.
“Si de ese material se pone una capa a lo largo de la vía, podríamos estar más tranquilo, pues nos parece que con ese material la carretera se estabilizará de mejor manera”, dijo Gilberto Bone, dirigente del sector de La Tablada.
En todo caso, una vez que el sol volvió a brillar, se pudo transitar sin dificultad, pero se mantiene la preocupación porque el invierno está a la vuelta de la esquina y, como ya lo comprobaron, mientras la vía esté húmeda la circulación vehicular se tornará peligrosa y además temen que la vía de a poco se vaya destruyendo y no tenga la durabilidad que los comuneros de la zona anhelaban.
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