Desde mediados de esta semana se han dejado caer leves lluvias sobre suelo tonchigüense, lo que se considera como las primera aguas del invierno que está esperando el campesinado de la zona, sobre todo el sector ganadero que ve amenazadas sus reses por el extenso verano que ha provocado una intensa sequía en este sector.
Aunque las lloviznas no han sido lo suficientemente fuerte como para incrementar el caudal de los ríos o mojar los extensos prados para la producción de pastos, estas primeras aguas son un aliciente para el campesinado tonchigüense, pues les hace presagiar que el invierno está por llegar y, con ello, terminaría la preocupación por el extenso verano que se ha vivido en gran parte del litoral ecuatoriano.
Pero mientras hay cierta satisfacción en los ganaderos, los agricultores que viven en las zonas más alejadas, vuelven a tener sentimientos encontrados en esta temporada, pues tiene la satisfacción de que las lluvias permitirán la cosecha de productos de ciclo corto, pero también la nostalgia de que muchos de esos frutos no puedan salir a los mercados de consumo por el mal estado de las vías, pues algunos sectores no han recibido tratamiento alguno, otros apenas un rasanteo de los caminos de acceso y unos pocos un tratamiento de lastre que ha sido cuestionado por cuanto muchos temen que no aguantará la temporada invernal.
En todo caso, las primeras lluvias caídas sobre suelo tonchigüense, de alguna manera ha generado expectativa y cierta tranquilidad en la gente del agro de esta productiva zona de nuestra provincia.
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