El corte de la carretera en el relleno efectuado sobre el río El Cabo, en el centro poblado del recinto El Cabito, así como pequeños deslaves que arrojan tierra a la vía y grietas a los costados que amenazan con afectar el carretero, son las afectaciones que empiezan a hacerse presentes, como producto de las primeras lluvias caídas en la zona, en el anillo vial Macará - El Aguacate, recientemente cascoteado con financiamiento del Gobierno Provincial.
La afectación mayor, hasta el momento, se encuentra en el centro poblado del recinto El Cabito, pues allí, sobre el río El Cabo, la carretera se ha cortado aunque, según moradores del sector, esa situación estaba prevista, puesto que sobre el cauce de ese afluente se ha solicitado la construcción de un puente, aunque bien puede funcionar una muy buena alcantarilla en ese sector.
Lo cierto es que, al momento, la carretera se encuentra cortada en ese sector y la mayor dificultad la pasan los habitantes de La Tablada y La Guinea, pues por ese paso salían con mayor facilidad hacia El Aguacate, “porque por acá hay mayor circulación vehicular que hacia Macará”, refirió una moradora del sector.
En todo caso los comuneros esperan que las autoridades parroquiales, insistan ante la prefectura o ante la Secretaría de Gestión de Riesgos la construcción del puente o la alcantarilla que permita mantener unida la vía en invierno y verano.
Mientras tanto, en lo que respecta a los pequeños deslizamientos de tierra que se observan en algunos sectores a lo largo de la vía, aunque no amenazan con obstruir la misma, se encuentran obstruyendo los filos de la carretera y, con ello, las aguas lluvias no circulan por las grietas que se hicieron a manera de cunetas, sino que corren por la carretera con lo que, con toda seguridad, esos tramos se irán afectando, si no se toman medidas preventivas oportunas.
Se considera que una de esas medidas preventivas está en manos de los propios comuneros que deben organizarse en minga para proceder a desalojar la tierra de los sectores donde se está deslizando, realizando esas tareas comunitarias de manera permanente, para evitar que los daños sean mayúsculos.
Finalmente, la última preocupación, son las grietas que se observan en, por lo menos dos sectores, en el tramo El Cabito La Mina, fisuras que aunque no tocan todavía la carretera, amenazan con provocar un intenso deslave y acercarse a la vía, por lo que nada raro sería que, de continuar las lluvias, algún tramo de la vía se vea afectado y, en este caso, las alternativas de prevención son mucho más difíciles, pues se requiere de una inspección técnica profesional para definir qué acciones tomar.
Sobre este último caso, el tramo vial que se le ejecutó al hacendado José Tuarez, desde la carretera principal hacia su vivienda, es el más afectado, pues las grietas son mayormente pronunciadas y la cerca de alambre, ubicada a lo largo del acceso, amenaza con desplomarse definitivamente.
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