Una humilde madre de familia de la parroquia Tonchigüe que respondía a los nombres de María Eugenia Murillo Andrade, de 35 años de edad, falleció la tarde de ayer, en uno de los hospitales móviles de la ciudad de Esmeraldas, luego de una penosa enfermedad que le venía aquejando en los últimos días y, quien horas antes, había padecido por la falta de una ambulancia en la parroquia Tonchigüe.
Las horas previas a su fallecimiento fueron marcadas por un hecho que motivó un pronunciamiento público del médico Mario Durán Rodas, quien en declaraciones a la televisora local tonchigüense, Canal Star, señaló que había tenido dificultades para conseguir una ambulancia.
Las declaraciones las otorgó mientras tenía en su consultorio particular a la paciente, pues según dijo, por la gravedad del caso, había llamado a la dirección del Área de salud de Atacames para que le enviarán la ambulancia, pero allá, la Administradora del área le había indicado que no podía enviar el vehículo de socorro porque se lo estaban solicitando de un consultorio particular y debía de ser pedido desde una casa de salud pública.
Agregó que él no podía arriesgarse a trasladar a la paciente al subcentro de salud de la localidad, “no la puedo enviar en un triciclo o camioneta como saco de papa, debe de ser trasladada de mejor manera”, dijo el galeno.
Señaló que como tiene amistades, hizo contactos telefónicos en Quito y Esmeraldas y, al parecer, desde allá le insistieron al Área de Salud de Atacames paar que envíen la ambulancia y mientras hacía pública su molestia por esta situación, esperaban el arribo del indicado vehículo, que llegó al sector luego de una hora con 20 minutos desde el inicio de su pedido.
La ambulancia tomó a la paciente y, desde allí, salió con destino al Subcentro de Tonchigüe pues, al parecer, debía de hacerse algún trámite en esa casa de salud para poder llevar a la enferma hacia una clínica de mayor especialidad, aunque se conoció que el personal de salud, también envió una menor de edad en estado crítico en la misma ambulancia.
En todo caso, horas más tarde, del día de ayer, se conoció en la población tonchigüense que la humilde madre de familia había llegado con vida hasta uno de los hospitales móviles de la ciudad de Esmeraldas, no obstante, poco después había dejado de existir, quedando en el aire la incertidumbre de que, probablemente, los minutos que se perdieron en la gestión de la ambulancia hayan marcado la diferencia entre la vida y la muerte de esta joven mujer tonchigüense.
El cadáver de la dama llegó a Tonchigüe como a las 19:00 de ayer, hasta la que fuera su vivienda, ubicada en el barrio El Progreso alto, donde está siendo velada y, de acuerdo a versiones de familiares, hasta la noche de ayer no habían definido el día de su sepelio, aunque analizaban la posibilidad de sepultarla mañana sábado en horas de la mañana en el cementerio general de la parroquia Tonchigüe.
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