Durante el acto de incorporación de los 40 bachilleres que entregó a la sociedad el Colegio Técnico Fiscal “Tonchigüe”, asentado en la parroquia del mismo nombre y cuyo acto se desarrolló el pasado viernes, a nombre de los incorporados, una de las jóvenes, en recordación a uno de sus compañeros que debía estarse graduando en ese momento, pero que se adelantó en el viaje a la eternidad en octubre del año 2010, hizo la entrega de un presente a los padres del extinto joven.
En efecto, la joven develó un retrato encuadrado de quien en vida fue Joao Bone Quiroz, joven que falleció el 11 de octubre del año 2010, como producto de una hemorragia aguda por ruptura de arteria del hígado, ruptura que los médicos no pudieron precisar del por qué de ella.
Mientras la joven develaba el recuadro y hacia una breve alocución recordando a su extinto compañero, sobre el ambiente de algarabía que se vivía en ese instante, cayó un manto de nostalgia y pesadumbre y como un improvisado homenaje póstumo al joven que, en ese momento se recordaba, se hizo un silencio absoluto, mientras la madre del chico se acercaba para retirar el presente.
El intenso silencio se extendió por algunos minutos, mientras varios de quienes fueron sus compañeros y maestros, dejaron salir leves sollozos y lágrimas en recordación del amigo fallecido.
La madre del joven extinto, Magdali Quiroz, recibió el retrato del chico que, en su parte inferior, llevaba impresa una emotiva leyenda: “La amistad es el amor verdadero que permanece más allá de la eternidad, Amigo…sabemos que al cielo tú has partido, pero a Dios, con nuestras oraciones, le pedimos que entre sus brazos te encuentres dormido. Recuerdo con amor de Tatiana y Karina”.
La madre del extinto joven, luego de recibir el presente, pronunció una breves palabras de agradecimiento que se ahogaron con las lágrimas de las nostalgia que, en ese momento sentía, pues el sueño de abrazar a su hijo con una capa y muceta, se había transformado en algo totalmente diferente al recibir un recuerdo de quienes fueron los compañeros de su hijo, a quien una mala pasada del destino y, para su padre, una presunta negligencia médica en el hospital del IESS de Esmeraldas, le impidió continuar con su joven vida y, por ende, no cumplir con los sueños que él y su familia se habían trazado.
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