domingo, 16 de septiembre de 2012

Eufemia Tello, una mujer hecha de buena madera.


Cumplió sus 80 años de edad y la podemos observar caminando diariamente por las calles de la parroquia Tonchigüe como si tuviera mucho menos años de los ya cumplidos. Nos referimos a la humilde dama tonchigüense, Doña María Eufemia Tello Cabrera, quien asegura que, de sus 80 años de vida, 60 los ha vivido en el mismo lugar donde hoy tiene su vivienda en pleno centro poblado de la parroquia Tonchigüe.

Doña Eufemia, como la conocemos en Tonchigüe y quien, a su edad, todavía tiene agilidad para movilizarse sin dificultad, nació el 8 de septiembre 1932, en el recinto Las Vegas, de la Parroquia La Unión.

Según nos comenta, no tuvo una infancia tan agradable que digamos, aseguró que, desde muy pequeña quedó prácticamente huérfana y se crio con una tía hasta los 15 años de edad. Señaló que no le permitieron estudiar, pues sus tareas eran las de ayudar en casa y la de arrear los animales cuando era necesario.

Cumplido los 15 años decidió por voluntad propia trasladarse a la ciudad de esmeraldas y allá trabajó en casa de una familia Arce, prestando sur servicio como empleada doméstica, aunque no pasó mucho tiempo en esas tareas, pues por esos tiempos llegó a la ciudad un circo turco y ella tuvo interés de irse a rodar tierra con los integrantes de ese circo, no obstante, “cuando los turcos hablaron con mi padre, él se opuso y, al contrario, me llevó nuevamente a la casa”, dijo la dama refiriéndose a su padre de crianza.

            Señala que, al retornar a su casa, un señor la había pedido para casarse pero ella se negó. Calcula que tendría unos 16 años de edad cuando recibió esa rara propuesta, señalando que se sentía muy joven para hacerse a compromiso y además el pretendiente no era de su agrado, por lo que inmediatamente armó maletas y se trasladó nuevamente a Esmeraldas, pero esta vez arribó donde una familia de apellido Raad.

Agrega que, junto a una las damas que componían esa familia, posteriormente viajó a la ciudad Guayaquil. “Ella viajó en avión y yo en una motonave”, refirió la dama recordando su primer viaje realizado fuera de la provincia.

En la ciudad de Guayaquil, acompañando a su jefa permaneció alrededor de 2 meses y posteriormente, vía área, emprendieron viaje a la ciudad de Cuenca, donde permanecieron por el lapso de 9 meses aproximadamente y, luego de ese lapso, regresaron a la ciudad de Guayaquil. Señala que Doña Piedad Raad, regresó a Esmeraldas, pero ella, decidió quedarse en Guayaquil donde otra familia. Allí pasó hasta casi cumplir los 20 años de edad, sin haberse comprometido todavía.

Indica que posteriormente regresa a su tierra natal y su abuelita la invita a pasar unos días en el recinto Same de la parroquia Tonchigüe y es allí donde conoce a Don Rufino Sol Vera, quien posteriormente sería su esposo. El Indicado caballero pretendía a otra dama, sin embargo ese romance no funcionó y Doña Eufemia se unió en compromiso con Don Rufino, con quien procreó 7 hijos, 4 varones y 3 mujeres, todos aún con vida, aunque cuatro de ellos con residencia actual fuera del país.

            Señala que su esposo, a más de dedicarse a las actividades agrícolas en una finca de su propiedad, sirvió a la parroquia Tonchigüe en varias ocasiones como Teniente Político y Presidente de la Junta. Ella por su parte se defendía con un pequeño comedor que instalaron en la casa donde residían que, por cierto, estaba ubicada en el mismo lugar donde está actualmente su vivienda. Asegura que, desde que se casó, desde ese sitio, no se ha movido nunca.

Hace 13 años, en enero de 1999, su eterno compañero, acudió al llamado del Supremo Creador. Asegura que nunca olvidará los casi 50 años que vivió junto a él, esperando encontrarle en la eternidad.
            Refiere que ahora subsiste con el apoyo permanente de sus hijos y no tiene ninguna intensión de abandonar esta parroquia, “pues aquí estaré hasta que Dios me tenga con vida”, culminó señalando co su sonrisa característica la humilde mujer tonchigüense.


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