Como para agudizar la deprimente situación por la que atraviesa el Camal Municipal que funciona en un sector del barrio Manila, en la parroquia Tonchigüe, del cantón Atacames, una de sus paredes ha empezado a caerse en pedazos, ante la inoperancia de las autoridades municipales que no hicieron nada por darle mantenimiento a la misma pese a que, desde hace mucho tiempo, venía amenazando con caerse.
La pared afectada es la que se encuentra paralela al cauce del río Tonchigüe, diagonal al puente de acceso al barrio San Antonio, la misma que, desde hace más de un año, venía presentando fisuras en su estructura y, pese a los llamados de atención de los vecinos y expendedores de carne, que hicieron conocer la anomalía a través de los medios de información pública, desde la Municipalidad nunca se autorizó su reparación y, el jueves anterior, dos fracciones de la misma se fueron al piso.
La pared es de suma importancia porque es la que protege el área de salida de los animales hacia el pabellón de sacrificios y, por ahora, hay que tomar muchas precauciones para que los animales a ser sacrificados, no intenten escaparse por los boquetes que se han formado en los actúales momentos.
Ahora habrá que esperar que la Municipalidad tome cartas en el asunto y, en el menor tiempo posible, autorice la reparación de la pared afectada, antes de que se caiga la totalidad de su estructura y evitar cualquier inconveniente en lo posterior.
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