Las osamentas de quien sería un humilde padre de familia de la parroquia Tonchigüe, a quien sus familiares dieron por desaparecido hace 3 años y 2 meses, fueron encontradas en un sector montañoso ubicado entre los recintos Galerita y Estero de Plátano, en la parroquia Galera, de cantón Muisne.
La noticia del hallazgo de estos restos, fue recibida por sus familiares, quienes residen en la parroquia Tonchigüe, del cantón Atacames, el pasado jueves en horas de la tarde, por parte de dos jóvenes tonchigüenses que andaban de cacería por esos lares y que, por casualidad, encontraron los documentos del infortunado junto a unas osamentas, en el sector montañoso antes indicado.
Se conoció que los jóvenes levantaron la billetera con los documentos, mas algunos dólares en billetes que ya estaban destruidos por el tiempo y, con esos papeles, llegaron hasta su vivienda, donde uno de los familiares de los jóvenes, identificó de quien se trataba el propietario de esos documentos y, de inmediato, hicieron conocer del hecho a los familiares del desaparecido Claudio Arístides Mina Vera.
Y, en efecto, luego de conocer la noticia, los familiares del desaparecido dieron parte a las autoridades policiales y ayer, en horas de la mañana, acompañados de uno de los jóvenes que conocían el sitio, agentes de la Policía Judicial de Atacames y familiares del occiso, llegaron hasta el sector para levantar los restos.
En el lugar se encontró la cuchilla que siempre cargaba el infortunado, así como sus lonas, un foco el reloj, la correa y un cartucho, éste último le pareció extraño a sus familiares porque Claudio Mina, no tenía en su poder ninguna escopeta.
No obstante, con esas evidencias encontradas, a los familiares no les quedó más duda de que las osamentas esparcidas en el lugar corresponden a Claudio Arístide Mina Vera, por lo que procedieron a recoger los huesos que aún quedaban en el sector.
Trascendió que no había muchos huesos, sólo los más largos y el cráneo pues, al parecer, las osamentas más pequeñas, a lo largo del tiempo, habrían sido esparcidas por los animales de monte que pululan por el lugar.
Se indicó que todo parecía indicar que el cuerpo del infortunado se descompuso sobre la superficie de la tierra, es decir, no había sido enterrado por alguna tercera persona, en el caso de que su muerte hubiere sido provocada.
En todo caso, las causas del fallecimiento de este humilde ciudadano tonchigüense quedarán siempre en dudas considerando que, en el pueblo de Tonchigüe, desde el momento de su desaparición, se tejieron varias hipótesis, pero ninguna confirmada y no se podrá saber cuál fue la causa de su muerte por cuanto sus familiares, para evitar gastos, prefirieron no continuar con ninguna investigación y dejar todo en manos del supremo creador para que sea Él quien castigue al o a los causantes de su muerte, si es que hubiese sido asesinado.
Los pocos restos del extinto, fueron entregados por las autoridades policiales a sus familiares, quienes lo ubicaron en un pequeño sarcófago y, desde ayer en la tarde, le están velando en el que fuera su domicilio ubicado en el barrio Manila de la parroquia Tonchigüe, en la esquina de las calles Manuel Cuero y Onides Olivo López.
Los familiares señalaron que mañana, entre las 09:00 y 10:00, cumplirán con darle cristiana sepultura en el cementerio general de la parroquia Tonchigüe.
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