jueves, 1 de septiembre de 2011

Un mes sin pinchagua en la parroquia Tonchigüe.


Con el inicio de la veda de la pinchagua desde hoy jueves 1 de septiembre y que se extenderá hasta el 30 de este mismo mes, la parroquia Tonchigüe se quedará un mes sin esa especie que es desembarcada en este puerto proveniente de barcos pesqueros que se dedican la captura y comercialización de ese recurso marino.

Durante el mes de veda los barcos irán a puerto y el material de pesca entrará en proceso de mantenimiento a fin de dejarlo listo cuando vuelva el periodo de pesca que iniciará el sábado 1 de octubre próximo.

Según la regulación de la subsecretaría de pesca, la prohibición de la captura de la pinchagua se la tiene fijada para los meses de marzo y septiembre de cada año, con el objetivo de evitar su extinción y lograr que siga generando trabajo y recursos económicos a los pescadores ecuatorianos.

En Tonchigüe la pinchagua es utilizada por los pescadores como carnada para la captura de especies más grandes como la corvina, pargo, raya, cabezudo, entre otros, no obstante, la mayor cantidad de pinchagua que desembarcan los barcos en este puerto, es trasladada a las fábricas procesadoras de mariscos de la provincia de Manabí.

La presencia de los barcos pinchagüeros en la parroquia Tonchigüe pese a que, de alguna manera, generan fuente de trabajo en la población, también es centro de críticas por la contaminación al medio ambiente que se genera cuando el producto es acarreado hacia los vehículos encargados de transportarlos fuera de la provincia.

Esta situación ha motivado una serie de reuniones con las autoridades parroquiales  y, pese a que se han firmado acuerdos para mejorar la situación, los propietarios de los barcos, poco o nada hacen por cumplir esos compromisos y el desembarque de la pinchagua en la playa de la localidad, continúa generando cierta incomodidad a propios y turistas.

La incomodidad y las críticas se generan por la gran cantidad de agua de sangre que queda esparcida en las playas y calles de la urbe, sustancia que posteriormente emana olores nauseabundos por los sectores donde quedan sus residuos y, sumado a ello, la presencia desordenada de los vehículos en una gran parte del malecón de la playa de la población.

En todo caso, durante este mes de veda, los detractores de los barcos se mantendrán tranquilos puesto que no se observará el desembarque de pinchagua y tampoco los malos olores que estos generan, ni los vehículos que obstaculizan considerablemente la arteria del malecón de la playa de esta urbe, aunque la historia, muy posiblemente se vuelva a repetir, el sábado 1 de octubre cuando se levante la veda y se reanude la pesca de la pinchagua.

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