Por el lapso de más de una semana el agua potable no llega a través de las redes a las comunidades de Same y Tonchigüe, razón por la que las familias de estos sectores se ven obligadas, en su mayoría, a adquirir agua de pozo a través de tricicleros que se encargan de expender el líquido vital hasta en 2 dólares con 50 centavos el tanque de 50 galones.
Uno de los expendedores de agua de pozo, Sandro Montiel, señala que, en efecto, el agua potable llegó a través de las redes a la población hasta el lunes de la semana anterior y, desde esa ocasión, ningún barrio ha recibido el abastecimiento respectivo, es decir, mañana cumplirán 15 días de desabastecimiento total.
Asegura que, en los actuales momentos, la demanda de agua de pozo no es tan excesiva a dos semanas de la ausencia de la potable, “pues muchas personas han construido cisternas y tienen su reserva, por lo que sólo aquellos que no han tenido como tomar esa alternativa se desabastecen rápidamente”..
Agrega que los pozos someros que existen en la población, de alguna manera, permiten abastecer a las familias que solicitan el servicio, “aunque hay ocasiones, como ahora que estamos en verano, que los pozos se secan y debemos estar esperando de 20 a 30 minutos para que las vertientes surtan de agua nuevamente a los pozos y poder acarrear el líquido vital hasta los hogares que lo han solicitado.
El humilde triciclero considera que se hace necesario que las autoridades competentes analicen seriamente alternativas que permitan abastecer permanentemente de agua potable a la población, pues la deficiencia es constante en la zona de Same y Tonchigüe “y, al parecer, la solución a este inconveniente no se dará en un corto lapso porque, pese a los ofrecimientos realizados para superar el problema, la deficiencia del agua potable es repetitiva en esta zona”, indicó Sandro Montiel.
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