Hace más de tres meses parte de una pared del camal municipal de la parroquia Tonchigüe, adyacente al río que lleva el nombre de la localidad, se fue al piso, poniendo en riesgo la estabilidad de los animales que allí se ubican, previo a su sacrificio, para su posterior consumo humano, no obstante dicha pared no fue reestructurada y hoy se la observa remendada con cañas guadúas, cuyo material tampoco es garantía para mantener la estabilidad de la pared.
Ramón Vera Robles, encargado del indicado camal señaló que la iniciativa de “parchar” la pared con caña guadúa fue una iniciativa de él, por la responsabilidad que tiene al interior del camal municipal y por los riegos que implicaba el tener abierta la pared, “Usted sabe que los comerciantes me han dicho que un animal que se salga y se pierda tengo que pagárselo yo y no sería justo cuando eso es una responsabilidad de las autoridades municipales”, señala el humilde ciudadano.
Indica que apenas se fue la pared al piso, él inmediatamente elaboró el informe y un equipo técnico estuvo inspeccionando el daño pero, lamentablemente, por circunstancias que desconoce, no se ha reparado, hasta el momento, la indicada pared.
Agrega que, para profundizar su preocupación, otra pared, la que colinda con la calle Baltazar Cusme, también se observa con fisuras y, en algunos momentos, se mueve peligrosamente, amenazando con desplomarse y dejando el área de ubicación del ganado vacuno a la intemperie, por lo que se podría generar cualquier desgracia si es que la pared se desploma habiendo algún animal arisco y rabioso en el lugar.
Por ello espera que las autoridades municipales, autoricen a quien corresponda, se intervenga con la reparación de las indicadas paredes, antes de que ocurra cualquier circunstancia que se deba lamentar, como la pérdida de un animal o, lo que es peor, el ataque de un ser humano por parte de alguno de los ejemplares que se guardan en la indicada infraestructura.
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